Advierten sobre la presencia de Chicharrita del maíz en el centro de la Provincia

chcharrilla

A partir de enero de 2024, en los departamentos del centro de Santa Fe, en la EEA Rafaela del INTA y en sus Agencias de Extensión Rural, se empezaron a recibir consultas debido a la presencia de la “chicharrita del maíz” (Dalbulus maidis).

En un primer momento, ante la consulta de productores y profesionales se sugirió intensificar los monitoreos, principalmente en maíces de segunda y tardíos debido al estado de mayor susceptibilidad de estos cultivos. Entre tanto, los profesionales de las Agencias de Extensión comenzaron a realizar mayor cantidad de monitoreo de lotes y poner atención especial sobre esta plaga.

Como resultado, se confirmó la presencia de D. maidis en la mayoría de los lotes monitoreados en los departamentos San Jerónimo, San Martín, Castellanos, San Cristóbal, San Justo y las Colonias.

Por eso, compartimos información relevante sobre esta plaga: su biocología, los daños que provoca como vector de patógenos, algunas consideraciones con respecto de las aplicaciones foliares y tips para el manejo del cultivo.

Bioecología

El adulto es un pequeño insecto de 3 a 4 mm de longitud, de color: amarillento-translúcido, que presenta dos puntos oscuros en la cabeza Tienen 5 generaciones anuales, desde noviembre a mayo (Virla, et al. 2003) Los huevos son individuales y los colocan en el envés, poseen 5 instare: ninfales. Se ubican preferentemente dentro del cogollo. Son muy móviles y tienen alta capacidad de dispersión (Oliveira, et al. 2013).

Daños

Los daños ocurren en maíces tardíos o de segunda fecha de siembra (diciembre-enero) en etapas vegetativas tempranas, producto de la transmisión de enfermedades.

Poseen un aparato bucal picador suctor con el cual succionan savia al alimentarse de las hojas del maíz. También secretan líquidos 4 azucarados que generan un hongo (fumagina) que afecta el proceso de fotosíntesis.

  • Aplicaciones foliares. Algunas consideraciones:
  • Suceden reinfestaciones continuas desde lotes vecinos en estados fenológicos más avanzados.
  • El adulto de D. maidis se ubica preferentemente en el cogollo.
  • Los estados inmaduros ninfales se ubican preferentemente en el envés de las hojas.
  • Existe baja persistencia de los ingredientes activos en las hojas.
  • Las vainas y hojas nuevas, posteriores a la aplicación foliar, carecen de ingrediente activo.

Por ello, los tratamientos foliares o , tienen baja eficiencia y eficacia en cobertura total.

Además, generan un impacto sobre los organismos de control biológico natural (coccinélidos, crisopas, o tijeretas, arácnidos, parasitoides), pudiendo provocar incrementos de y plagas como “la isoca de la espiga” (helicoverpa zea)

Dalbulus maidis como vector de patógenos.

Dabulus maidis puede transmitir enfermedades de diversa sintomatología en el cultivo de maíz:

Mollicutes: – Spiroplasma kukkelli (achaparramiento del maíz o Corn Stunt Spiroplasma, CSS) – Maize bushy stunt phytoplasma (achaparramiento rojizo, MBSP)
Virosis: – Maize rayado fino virus, MRFV (Virus del rayado fino) – Malze striate Mosaic virus, MSMV (Mosaico estriado)

La sintomatología puede ser variable:

Clorosis en los márgenes de hojas jóvenes, estrías rojizas o amarillenta en hojas más viejas, y enanismo.

Comúnmente, los síntomas se pueden apreciar con claridad en estadios reproductivos cercanos a floración. La presencia de enanismo, con acortamiento de entrenudos y espigas estériles o múltiples, puede estar acompañada de disminuciones en el rendimiento, sobre todo cuando las infecciones ocurren en etapas tempranas del cultivo (VE – V4).

Consideraciones de manejo:

Existen materiales de diferente comportamiento frente a Corn Stunt Spiroplasma (CSS), por lo que se recomienda consultar con técnicos de cada empresa semillera para solicitar las características del perfil sanitario

  • Uso de terápicos de semilla (neonicotinoides)
  • Evitar presencia de plantas de maíz guacho (hospedera)
  • Uso de Insecticidas: no existe registro para el control de D. maidis en Argentina. Sí los hay para el control de “la chicharrita transmisora del Mal de rio cuarto” (Delphacodes kuscheli).

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