En un acto de integridad y ciudadanía responsable, un hombre de Rafaela tomó una decisión que podría haber cambiado el rumbo de los acontecimientos. Su historia es un recordatorio de que la honestidad y la colaboración son fundamentales para mantener la seguridad en nuestra comunidad.
Todo comenzó con un hecho de robo de bicicleta reportado en la víspera. La Subcomisaría Primera recibió la denuncia y emitió una alerta sobre la falta de una bicicleta en la jurisdicción. Las características del birrodado fueron compartidas, y las autoridades estaban en alerta máxima.
Fue entonces cuando se recibió una llamada desde la Comisaría N° 13. Un hombre se presentó en esa seccional con una bicicleta que había comprado recientemente. Sin embargo, después de la compra, se enteró de que la bicicleta era robada. En lugar de quedarse con ella o ignorar la situación, decidió hacer lo correcto: entregarla a la policía.
Los uniformados entrevistaron al hombre, quien explicó que otro joven le había ofrecido la bicicleta en cuotas por un total de $20,000. Pero poco después de la transacción, recibió una llamada que lo dejó atónito: la bicicleta era robada. Sin dudarlo, se presentó en la comisaría para evitar problemas y contribuir a la resolución del caso.
El fiscal interviniente ordenó el formal secuestro de la bicicleta, y se confirmó que pertenecía a la víctima original. El birrodado fue restituido a su propietaria legítima.
