En un rincón del mundo donde la medicina y la ciencia se entrelazan, el cardiólogo argentino Carlos Cafri ha dejado una huella imborrable. Su historia es un testimonio de perseverancia, formación sólida y un vínculo inquebrantable con sus raíces.
Formación y Trayectoria
El Dr. Carlos Cafri se graduó con el mejor promedio en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) en el año 1982. Su entusiasmo por aprender y su formación sólida allí lo prepararon para un futuro brillante en la medicina. Pero su camino no se detuvo en las aulas correntinas.
Después de obtener su título, Cafri continuó su especialización en Cardiología en el Hospital Escuela “Gral. José Francisco de San Martín” de Corrientes. Fue en esos primeros años que una beca del Rotary Club lo llevó a México, donde se sumergió en el estudio de la electrofisiología en el prestigioso Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”. Fue allí donde germinó la idea de emigrar.
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El Camino a Israel
La decisión de dejar su tierra natal no fue fácil. La hiperinflación de la década de 1980 en Argentina generaba incertidumbre y pesimismo. Sin embargo, junto a su esposa Patricia, también profesional de la salud, Carlos Cafri tomó la determinación de buscar nuevos horizontes. Israel, con su rica historia y vibrante comunidad judía, se convirtió en su destino.
El idioma hebreo y las diferencias culturales presentaron desafíos, pero Cafri perseveró. Revalidó su título de médico en Israel y se sumergió en la medicina pública. El Hospital Soroka, ubicado en la ciudad de Beer Sheva, se convirtió en su hogar profesional. Este centro médico, asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Ben-Gurion, atiende a más de 1,2 millones de personas y abarca el 60% del territorio israelí.
Una Carrera Destacada
Carlos Cafri dirige la Unidad de Cateterismo y Hemodinámica del Hospital Soroka desde hace 18 años. Su liderazgo abarca a 7 médicos especialistas y 20 profesionales técnicos, incluyendo enfermeros, radiólogos y biotécnicos. El hospital, en su mayoría público, brinda atención de excelencia en un país donde la medicina es una prioridad.
El desierto del sur de Israel puede ser implacable, pero el compromiso de Cafri con la salud y su comunidad es incansable. A pesar de los años transcurridos desde su migración, sus raíces argentinas siguen arraigadas. Su historia es un recordatorio de que la dedicación y la formación sólida pueden trascender fronteras y salvar vidas.
