En una operación rutinaria, el personal del Cuerpo Guardia Infantería de Rafaela se encontró con una sorpresa en las calles de la ciudad. Mientras patrullaban por la intersección de las calles Bartolo Manera y Francia, los agentes visualizaron un motovehículo en un estado deplorable. Lo que parecía ser una simple inspección de tráfico pronto se convirtió en un descubrimiento significativo.
El motovehículo en cuestión estaba en malas condiciones, pero eso no fue lo más llamativo. Al consultar sobre sus datos, los uniformados descubrieron que sobre el mismo pesaba un pedido de secuestro emitido por la Comisaría Seccional N°1.
El vehículo estaba vinculado a un hecho ocurrido en el mismo día. La rápida acción de los agentes evitó que el motovehículo continuara circulando ilegalmente por las calles de Rafaela.
El fiscal en turno fue notificado de inmediato, y su respuesta fue contundente: ordenó el secuestro del birrodado y su traslado a la sede policial.
