El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) ha confirmado que la tasa de pobreza en Argentina ha alcanzado el 40,1% en el primer semestre del año, mientras que la tasa de indigencia llegó al 9,3% de la población. Estas cifras son alarmantes y revelan la cruda realidad que enfrenta una gran parte de la población argentina.
Es importante destacar que esta medición se realizó antes de la devaluación implementada por el Gobierno a mediados de agosto, por lo que es probable que estos números hayan empeorado en el tercer trimestre del año. Según los datos oficiales proyectados para todo el país, más de 18,4 millones de personas se encuentran en situación de pobreza, y 4,3 millones están en condiciones de indigencia.
Uno de los datos más preocupantes es que el 56,2% de los niños y niñas en Argentina viven en la pobreza, lo que representa una generación que enfrenta condiciones precarias desde una edad temprana, lo que puede tener un impacto significativo en su desarrollo y futuro.
El informe también revela que el ingreso promedio de los hogares pobres es de $124.071, lo que muestra la difícil situación económica que enfrentan las familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Estos datos reflejan la magnitud de la crisis económica y social que afecta al país y que se ha agravado en los últimos años.
Esta tasa de pobreza del 40,1% es la más alta desde el pico del 42% alcanzado durante la grave crisis provocada por la pandemia en 2020. Además, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 29,6%, lo que significa que más de un cuarto de los hogares argentinos enfrentan dificultades económicas significativas.
El INDEC también informó que la tasa de pobreza aumentó en tres regiones del país y disminuyó en las otras tres, lo que refleja las disparidades económicas y sociales que existen en Argentina.
Estas cifras subrayan la urgente necesidad de abordar de manera efectiva las causas estructurales de la pobreza en Argentina, incluyendo la inflación, el desempleo y la falta de acceso a servicios básicos. La lucha contra la pobreza debe ser una prioridad para el país, ya que afecta a millones de argentinos y argentinas y tiene un impacto profundo en la calidad de vida y el bienestar de la sociedad en su conjunto.
