Domingo de Ramos marca inicio de la Semana Santa con celebraciones en toda la cristiandad

En el umbral de una de las semanas más sagradas para la cristiandad, millones de fieles alrededor del mundo conmemoraron el Domingo de Ramos, marcando así el inicio de la Semana Santa. Esta celebración, que recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén antes de su crucifixión, es un momento de profunda reflexión y devoción para los creyentes.

De acuerdo con los relatos bíblicos, multitudes se congregaron en las calles de Jerusalén para recibir a Jesús, quien llegó montado en un humilde burro. La gente, llenos de alegría y esperanza, extendió mantos y ramas de palma como símbolos de honor y respeto hacia el hijo de Dios. Este gesto de acogida simboliza la bienvenida al Salvador que se esperaba con fervor.

En cada rincón del mundo donde se profesa la fe cristiana, el Domingo de Ramos es celebrado con solemnidad y fervor. En nuestra ciudad, esta mañana no fue la excepción. La misa central, presidida por Mons. Pedro Torres en la Catedral San Rafael, fue el corazón de las festividades. Sin embargo, los preparativos comenzaron mucho antes, con los fieles congregándose en la plaza 25 de Mayo, un sitio emblemático para la comunidad local.

En el centro de la plaza, el pastor de la Diócesis bendijo los ramos, un ritual cargado de simbolismo y significado. Con los ramos en mano, la procesión se dirigió solemnemente hacia la catedral, donde la Eucaristía fue celebrada con devoción y solemnidad. Este trayecto, acompañado de cánticos y oraciones, recuerda el camino que Jesús realizó en su entrada a Jerusalén, marcado por la humildad y la entrega.

El Domingo de Ramos no solo marca el inicio de la Semana Santa, sino que también pone fin a un período de penitencia y reflexión: la Cuaresma. Desde el Miércoles de Ceniza, los fieles han dedicado cuarenta días al ayuno, la oración y la reflexión, preparándose espiritualmente para la Pascua.

En medio de las celebraciones y la solemnidad, el Domingo de Ramos nos invita a reflexionar sobre el significado más profundo de la fe cristiana: el sacrificio, la redención y la esperanza. Es un recordatorio de la importancia de seguir los pasos de Jesús, llenos de amor, humildad y entrega hacia los demás. Con el corazón lleno de devoción, la comunidad cristiana da inicio a esta Semana Mayor, con la certeza de que, al final del camino, la luz de la resurrección brillará sobre todos aquellos que creen.

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