Dificultades económicas amenazan el acceso a la alimentación en escuelas de Santa Fe

En la provincia de Santa Fe, muchos niños y adolescentes dependen de la copa de leche o del plato de comida en los comedores escolares como su única fuente de alimento diario.

En la provincia de Santa Fe, muchos niños y adolescentes dependen de la copa de leche o del plato de comida en los comedores escolares como su única fuente de alimento diario.

Esta preocupante situación fue revelada por María Alejandra Pérez, integrante de la Federación de Asociaciones Cooperadoras Escolares del Departamento La Capital, cuyo trabajo se ve obstaculizado debido a la llegada tardía de fondos.

A esta problemática se suma el hecho de que una gran cantidad de alumnos han dejado de pagar las contribuciones a las cooperadoras. La verdadera ayuda proviene de asociaciones, donaciones y la comunidad educativa en general.

Respecto a la situación actual de estos espacios, Pérez resaltó: “El primer punto a considerar es que ha aumentado la matrícula en las escuelas públicas, supongo que debido a que los alumnos provienen de instituciones privadas y sus padres ya no pueden pagar la cuota. La cantidad de estudiantes que recurren a los comedores y a la copa de leche ha aumentado”.

“Sin embargo, el problema es que estamos recibiendo el dinero asignado para los comedores y la copa de leche con retraso. El 20 de abril se depositó el mes de marzo a valor de diciembre, y el dinero correspondiente a abril nos fue depositado el 20 de mayo. En la provincia de Santa Fe, los cooperadores escolares están haciendo verdaderos milagros. Contamos con una comunidad educativa que nos apoya, paga las cuotas y compra los beneficios, y con eso logramos cubrir la falta de dinero”, reveló Pérez.

En cuanto al financiamiento de estos lugares, Pérez explicó que está estipulado por ley que se realice una actualización tres veces al año, tomando en cuenta los índices de precios al consumidor de la provincia de Santa Fe. Sin embargo, la primera actualización de este año todavía no se ha realizado, lo que ha llevado a que se paguen los servicios de alimentación a precios de diciembre. Además, los proveedores no reciben el pago hasta un mes y medio después de prestar el servicio, lo que descompensa aún más la situación.

Según los datos proporcionados por Pérez, los costos reales de brindar una copa de leche oscilan entre $70 y $100, mientras que para el comedor el rango es de $280 a $450. Sin embargo, las cantidades recibidas por copa de leche son de $60 y por comedor de $145, lo que evidencia una brecha significativa.

La falta de financiamiento también se ve agravada por el descuento del 10% que realizan los bancos al transferir los fondos al proveedor, sumado al retraso en los pagos. Además, no todas las escuelas cuentan con comedores, y algunas están solicitando tenerlos. Aquellas que poseen estos espacios reciben los fondos en la cuenta del director en función de la cantidad de niños declarados.

Ante esta situación de desfinanciamiento, las cooperadoras escolares se ven obligadas a buscar diversas formas de recaudar fondos, como la realización de ferias de platos, bonos de contribución y solicitudes de donaciones a particulares, fundaciones y organizaciones vecinales.

Pérez subrayó que la responsabilidad principal recae en el Estado, ya que “un niño no puede aprender si tiene el estómago vacío”. Sin embargo, la recaudación de las cooperadoras ha disminuido considerablemente, pasando de un 60% o 70% de alumnos que aportaban a un 30% o 35%.

En medio de esta crisis financiera, Pérez hizo hincapié en que el gobierno nacional no está proporcionando fondos a las escuelas. Aunque se envían libros, no se proporciona dinero en efectivo para alimentos. La obligación de garantizar la alimentación sigue recayendo en el Estado, mientras que las cooperadoras buscan una educación pública equitativa.

La difícil situación que enfrentan los comedores escolares en Santa Fe pone en peligro el acceso a la alimentación de numerosos niños y adolescentes. Se requiere una acción inmediata por parte de las autoridades para garantizar la continuidad de estos programas y asegurar que ningún estudiante se quede sin una nutrición adecuada en su jornada educativa.

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