El capo narco Ariel “Guille” Cantero, quien se encuentra preso en la cárcel de Marcos Paz bajo el régimen aplicado a los internos de alto perfil, ya no podrá hacer llamadas ni recibir a sus “parejas” en prisión. Cantero, catalogado como un interno de alto riesgo, había logrado burlar los controles y dar órdenes a los miembros de su organización desde el penal.
Cantero, líder de Los Monos, utilizó a Triana, su hija de 19 años, para triangular llamadas. Tras una investigación, el fiscal federal de Morón Sebastián Basso y Diego Iglesias, de la Procunar, junto con el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de Morón, a cargo de Jorge Rodríguez, decidieron ajustar aún más las medidas de seguridad.
En primer lugar, el juez ordenó el cese de sus comunicaciones, es decir, que ya no tendrá acceso al teléfono público del pabellón. Solo podrá acceder al mismo para llamar a sus abogados1. Además, excluyó a sus únicas visitas permitidas: Jorge Ramírez y Soledad Galarza, a quienes el narco señaló como sus parejas.
Hasta el momento, Cantero acumula 113 años de condena y, a juzgar por sus comportamientos, parece no temer que ese número se acreciente1. Esta actitud desafía las normas y el control del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Este incidente pone de manifiesto la importancia de la vigilancia constante y la necesidad de medidas de seguridad más estrictas para los internos de alto perfil.
A pesar de las restricciones, Cantero logró burlar los controles y continuar operando su organización desde dentro de la prisión. Estos nuevos ajustes en las medidas de seguridad buscan prevenir futuras violaciones y garantizar que Cantero ya no pueda dirigir las operaciones de su organización desde la cárcel.
