En un partido lleno de emoción y talento, la Selección juvenil se impuso con autoridad por 3-0, gracias a los brillantes goles de Alejo Véliz, Luka Romero y Máximo Perrone.
Bajo la dirección de Javier Mascherano, los jóvenes argentinos mostraron un juego cohesionado, lleno de estilo y estética, dejando en claro que cuando hay libertad, la expresión natural y el buen fútbol emergen sin obstáculos.
El equipo argentino demostró una solidez impresionante desde el inicio del partido. Los jugadores se desenvolvieron con confianza y convicción en sus propias habilidades. Mascherano tomó la acertada decisión de mantener en el centro del campo a Tanlongo y a Perrone, quienes demostraron una excelente compenetración en el terreno de juego. Incluso Perrone brilló en la faceta defensiva, mostrando su destreza para robar balones. El equilibrio logrado en el mediocampo fue clave para el desempeño sobresaliente del equipo.
Argentina logró un balance en su juego que en el pasado solo se veía en las pulseritas de los fanáticos. La precisión en los pases alcanzó un promedio cercano al 90%, lo cual demuestra el alto nivel de acierto que tuvieron los jugadores. Lo que fue un ensayo frente a Uzbekistán se convirtió en un despliegue natural de talento y dominio absoluto contra Guatemala. El partido tuvo momentos de fútbol espectáculo al estilo Broadway, con desbordes atrevidos de Barco y Gauto, y la contundencia letal de Véliz, quien parece tener un imán en la cabeza para conectar remates de manera precisa. Además, los dos mediocampistas creativos, Carboni y Soulé, mostraron toques de calidad al más puro estilo de la UEFA.
Sin embargo, el éxito ofensivo de Argentina también se basó en la solidez defensiva que mostraron en el primer tercio del campo. Mientras que los guatemaltecos perdían la pelota constantemente por los acertados quites de Valentín Gómez y los oportunos anticipos de Avilés, la defensa argentina se mantuvo firme y segura. Gomes Gerth, quien tuvo un debut dubitativo, brilló anoche al detener las únicas dos oportunidades de peligro que generó Guatemala.
Mascherano aprovechó la cómoda ventaja en el marcador para hacer rotaciones en el equipo. Luka Romero volvió a demostrar su destreza en el campo y anotó un gol espectacular después de una distribución colectiva brillante. También se dio espacio para que jugadores como Maestro Puch, Infantino, Fede Redondo y Román Vega tuvieran minutos y contribuyeran al equipo. La profundidad del banquillo argentino es una ventaja que Mascherano supo utilizar sabiamente.
Argentina encontró rápidamente la tranquilidad en el partido, lo cual fue fundamental para su desempeño excepcional. El gol tempranero les brindó confianza y les permitió jugar con fluidez y sin nerviosismo
