
El incidente, que rápidamente se viralizó, generó un caos total y obligó a la intervención de varios patrulleros para controlar la situación.
El lunes por la noche, alrededor de las 20:40, el Hospital Cullen de Santa Fe fue escenario de un escándalo mayúsculo cuando un policía de 43 años y un médico de 37 años protagonizaron una brutal pelea a golpes en la rampa de ingreso del nosocomio.
Según el parte oficial, el policía llegó al hospital tras sufrir un accidente de tránsito. Sin embargo, cuando el médico intentó atenderlo, se desató una discusión que escaló rápidamente hasta convertirse en una pelea física. Los gritos y el escándalo alertaron a testigos, quienes no dudaron en llamar al 911 para pedir ayuda.
La tensión aumentó con la llegada de los refuerzos policiales
Al llegar al lugar, los agentes encontraron al policía con sangre en el rostro y en un estado de alteración evidente. Pese a su condición, el efectivo se negó a identificarse y rechazó cualquier tipo de atención médica, lo que aumentó aún más la tensión en el lugar.
La fiscal interviniente ordenó la realización de un test de alcoholemia para determinar si el policía había consumido alcohol, pero este decidió huir del hospital sin firmar el alta médica.
La justicia busca al policía
En las últimas horas, las autoridades judiciales iniciaron una búsqueda para localizar al policía involucrado en el incidente. Según fuentes cercanas al caso, si el efectivo se niega a someterse al test de alcoholemia, se procederá a su detención inmediata.
Mientras tanto, las actuaciones ya fueron enviadas a la División Judicial, donde se investigan los detalles que llevaron a este violento enfrentamiento en pleno hospital.
Repercusiones y preguntas sin respuesta
El hecho no solo dejó en evidencia la tensión que puede generarse en situaciones de emergencia, sino que también abrió un debate sobre las conductas esperadas de quienes deben velar por el orden y la salud pública.
La pregunta que muchos se hacen es qué detonó la pelea y por qué un policía, cuya función es garantizar la seguridad, terminó involucrado en un episodio de esta naturaleza.
Mientras la justicia avanza en la investigación, el Hospital Cullen intenta retomar su normalidad, aunque el incidente dejó una marca imborrable en quienes lo presenciaron. La comunidad espera respuestas claras y que se tomen las medidas necesarias para evitar que hechos como este se repitan.