Los residentes de Santa Fe se enfrentan a un panorama desalentador al comprar tomates, ya que el precio por kilo ha alcanzado una cifra exorbitante de $5.000. Esta situación ha generado una gran preocupación entre los consumidores y ha llevado a algunos supermercados y verdulerías a limitar la venta del producto debido a la baja demanda.
Carlos Otrino, presidente del Mercado de Productores de Santa Fe, explicó que el elevado precio del tomate se debe a una combinación de factores. Entre ellos se destacan la escasez de producción en las principales zonas productoras de tomate, como Mendoza, Salta y Corrientes, debido a factores climáticos y sanitarios; el aumento de los costos de producción en insumos como fertilizantes, transporte y mano de obra, que se ha trasladado al precio final del producto; y la fuerte demanda estacional del tomate, especialmente durante los meses de verano, que sumada a la escasez de oferta, ha impulsado aún más los precios.
Aunque no hay una fecha exacta, Otrino estima que la situación podría comenzar a mejorar en las próximas semanas o meses. Esto se debe a que se espera que las cosechas en las provincias productoras tradicionales comiencen a normalizarse, lo que aumentará la oferta y, por consiguiente, debería generar una baja en los precios. Sin embargo, hasta que eso ocurra, los tomates seguirán siendo un lujo que pocos pueden pagar en Santa Fe.