Sancor despide a 300 empleados en Córdoba y Santa Fe en medio de una crisis financiera

La cooperativa láctea Sancor, una de las más emblemáticas del país, continúa atravesando una profunda crisis financiera que ha llevado a la empresa a tomar medidas drásticas para intentar mantenerse a flote.

En busca de un inversor que le permita afrontar sus compromisos económicos e inyectar capital de trabajo, la compañía ha decidido reducir su plantel de personal, despidiendo a 300 empleados en sus plantas de Córdoba y Santa Fe.

Actualmente, Sancor procesa 250 mil litros de leche diarios, una cifra muy inferior a los cuatro millones de litros que recibía antes de su primera crisis en 2016. Esta reducción en la recepción de materia prima ha obligado a la empresa a paralizar actividades en algunas de sus plantas y a ajustar su producción en función de la demanda.

En Córdoba, la planta de La Carlota, especializada en la elaboración de quesos duros, se encuentra actualmente inactiva. Lo mismo ocurre con la planta de Balnearia, dedicada a la producción de quesos semiduros como el pategrás, danbo, fontina y sardo, aunque existe la posibilidad de que retome sus operaciones en los próximos días. Por otro lado, la planta de Devoto sigue activa, produciendo queso crema (bajo la marca Mendicrim) y mantecas.

En Santa Fe, Sancor mantiene operativas dos plantas: una en Gobernador Gálvez, donde se realiza el proceso de valor agregado a los quesos, incluyendo su maduración y procesamiento, y otra en Sunchales, dedicada a la elaboración de dulce de leche, leches larga vida (blanca y chocolatada), productos infantiles y leche en polvo.

La crisis financiera ha llevado al consejo de administración de la cooperativa a tomar la difícil decisión de reducir su nómina de 1.350 empleados. En los últimos días, se enviaron 300 telegramas de despido a trabajadores que se encontraban bajo el régimen de “jornadas libres” (sin asignación específica) desde hace tiempo. Desde la empresa, argumentan que la medida responde a una situación de fuerza mayor, derivada de la falta de capital de trabajo y la necesidad de ajustar costos para garantizar la continuidad operativa.

Mientras tanto, Sancor continúa en la búsqueda de un inversor que pueda rescatar a la empresa de su delicada situación. La cooperativa, históricamente reconocida por su impacto en la economía regional y su modelo de gestión, enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia, con el desafío de mantener su presencia en el mercado lácteo argentino y proteger los puestos de trabajo que aún permanecen activos.

La situación de Sancor no solo afecta a sus empleados, sino también a los productores lecheros y a las comunidades donde la empresa tiene sus plantas, generando incertidumbre sobre el futuro de una de las cooperativas más importantes del sector.