El 15 de abril pasado, una mujer presentó una denuncia en la Subcomisaría 1°. Su teléfono marca TCL había desaparecido de su mochila, que estaba guardada en el aula de la Escuela “Peralta Pino” ubicada en el barrio Monseñor Zazpe. La angustia y la incertidumbre la llevaron a buscar respuestas.
La clave llegó a través de una madre de uno de los alumnos. Esta mujer entregó la funda del celular a la maestra, revelando que su hijo podría haberlo vendido a un individuo en el Barrio Virgen del Rosario.
Con la aprobación de la fiscal, los agentes se dirigieron a una casa en calle Pascual Brusco al 1800. Allí, encontraron a un hombre de 29 años. Al explicarle la situación, el hombre entregó el celular de manera espontánea. Dijo que lo había comprado a un menor amigo de la familia.
La fiscal tomó cartas en el asunto y ordenó que se notificara al Juzgado de Menores. Quienes resolvieron que el celular sería devuelto a su dueña, y las actuaciones se caratularían como “hurto no punible”.