La seguridad en las unidades penitenciarias de la provincia de Santa Fe ha vuelto a ser motivo de preocupación tras el reciente ataque a balazos a micros que trasladaban a personal penitenciario. En respuesta a este suceso, se llevó a cabo una requisa sorpresiva en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero, donde se logró el secuestro de varios elementos prohibidos.
Los Grupos Tácticos Especiales concentraron sus esfuerzos en los pabellones 7 y 9, así como en los sectores del 25 al 29, realizando una exhaustiva búsqueda de objetos ilícitos. Como resultado de esta operación, se incautaron elementos cortopunzantes, celulares y chips, los cuales fueron remitidos a la Justicia para su posterior peritaje.
Desde la administración provincial se ha asegurado que este tipo de operativos se llevan a cabo de manera aleatoria en todas las unidades penitenciarias, sin establecer horarios ni días definidos. El propósito fundamental de estas acciones es fortalecer el control y establecer un segundo anillo de inspección sobre los internos considerados de alto perfil.
Según informó la gestión provincial en un comunicado oficial, estos internos son aquellos que se encuentran bajo sospecha o son sindicados de liderar actividades delictivas desde el interior de las cárceles. En este contexto, la requisa en la cárcel de Piñero se enmarca dentro de una estrategia más amplia para mantener la seguridad y el orden en el sistema penitenciario de la región.
Este episodio pone de relieve la importancia de mantener una vigilancia constante en los centros de detención, así como la necesidad de implementar medidas efectivas para prevenir la proliferación de objetos prohibidos y actividades delictivas dentro de las prisiones. La sociedad espera que estas acciones contribuyan a garantizar un ambiente seguro tanto para el personal penitenciario como para los internos y la comunidad en general.