
La creencia de que el viernes 13 trae mala suerte es una superstición arraigada, especialmente en el mundo angloparlante. Aunque el número 13 y el viernes han sido temidos por separado desde tiempos inmemoriales, la combinación de ambos es relativamente más reciente y su origen es un tanto enigmático.
Orígenes de los temores individuales
Desde una perspectiva astrológica, no hay una razón inherente para temer el viernes 13. Las asociaciones de fechas y días de la semana con movimientos planetarios y fases lunares, que se remontan a los babilonios, ya no son las bases de estas creencias modernas.
En numerología, el número 13 a menudo se asocia con la transformación y el cambio, lo que podría generar una sensación de inquietud. Por su parte, el viernes, como el quinto día de la semana, se relaciona con el movimiento. La combinación de “cambio” y “movimiento” podría ser vista como “inquieta”, aunque la energía se considera neutral, y su interpretación depende de las personas.
¿Cómo surgió la superstición combinada?
La superstición del viernes 13, tal como la conocemos hoy, parece haberse popularizado a principios del siglo XX. Un factor clave fue la publicación en 1907 de un libro titulado “Viernes, el XIII” por el corredor de bolsa Thomas Lawson. Esta oscura fábula de Wall Street, donde el personaje central manipula el mercado para vengarse de sus enemigos, capitalizaba los temores ya existentes sobre la fecha.
El libro contribuyó a cimentar la mitología del viernes 13, que luego culminaría en las famosas películas y series de televisión de los años 80. Es importante señalar que, al momento de la publicación de Lawson, el miedo a esta fecha ya era una superstición establecida, aunque no lo era un cuarto de siglo antes.
El papel de “The Thirteen Club”
Un grupo de caballeros decididos a desafiar las supersticiones, conocido como “The Thirteen Club” (El club del trece), se formó el 13 de septiembre de 1881 (un miércoles) y se organizó formalmente el viernes 13 de enero de 1882. Este club, fundado por el capitán William Fowler, se reunía el día 13 de cada mes, se sentaba en la mesa 13, rompía espejos y derramaba sal, buscando ridiculizar y atacar estas creencias.
El primer objetivo del club era contrarrestar el temor de que si 13 personas cenaban juntas, una moriría pronto. En abril de 1882, el club adoptó una resolución que deploraba que el viernes hubiera sido “considerado durante muchos siglos un día de mala suerte… por motivos sin sentido”.
Sin embargo, no hay evidencia de que el club mezclara la superstición del viernes con el 13 en sus primeros años. La combinación debió aparecer en algún momento entre 1882 y la publicación del libro de Lawson en 1907.
¿Una “desafortunada” consecuencia de la lucha contra la superstición?
A lo largo de las décadas, se ha especulado si la propia intención del “The Thirteen Club” de ridiculizar estas supersticiones pudo haber contribuido, de forma accidental, a popularizarlas. El club aprovechaba cada oportunidad para poner ambos temores en el centro de atención.
Un integrante del club, Charles Sotheran, escribió en 1883 que al combatir la creencia en que el 13 es un número de mala suerte y el viernes un día de mala suerte, el club había “creado un sentimiento popular a favor de ambos”. Aunque su intención era decir que los hicieron “menos impopulares”, la ambigüedad de la frase podría haber llevado a que se interpretara como que “hicieron las supersticiones populares”.
Si este fue el caso, la noble intención del “The Thirteen Club” de atacar y combatir la superstición resultó, irónicamente, en uno de los accidentes más desafortunados de la historia de las supersticiones.