En respuesta a los resultados de las elecciones primarias (PASO) que sacudieron la escena política y económica del país, el Gobierno nacional ha decidido tomar medidas para abordar la situación financiera y controlar la presión sobre el dólar.
En un intento por alinearse con la inflación y frenar la volatilidad del mercado cambiario, se ha anunciado una devaluación del peso y un endurecimiento de la política monetaria.
El lunes comenzó con un aumento notorio en el valor del dólar minorista. En la pizarra del Banco Nación, la divisa estadounidense abrió a $347,50 para la compra y $365,50 para la venta, experimentando un incremento de $67 en comparación con el viernes anterior.
La justificación detrás de esta medida radica en la necesidad de frenar la depreciación de la moneda local y contrarrestar las tensiones económicas. La decisión de devaluar el peso y ajustar el tipo de cambio oficial a $350 refleja el esfuerzo del Gobierno por abordar la presión inflacionaria y los desafíos económicos que se avecinan.
Simultáneamente, el Banco Central de Argentina tomó medidas para restringir la liquidez y controlar la volatilidad financiera. Aumentaron en 21 puntos porcentuales la Tasa Nominal Anual (TNA) para los plazos fijos, elevándola al 118%, en comparación con el 97% que estaba vigente hasta el viernes anterior. Estos cambios representan una elevación significativa en los costos de financiamiento para los depósitos a plazo y buscan incentivar la retención de activos en moneda local.
Las tasas mensuales y efectivas anuales para los plazos fijos también aumentaron en correspondencia, alcanzando un 9,83% mensual y un 209,4% anual, respectivamente.
La atención ahora se centra en la evolución del llamado “dólar blue” o dólar paralelo, que históricamente ha estado vinculado a la situación económica y política de Argentina. En la mañana posterior a estas medidas, el dólar ilegal experimentó un aumento de $670, lo que equivale a un aumento del 10,7%.
El riesgo país, un indicador que mide la percepción internacional sobre la estabilidad financiera de Argentina, se encontraba en 1.915 puntos básicos según el índice elaborado por JP Morgan. Esta cifra es una señal de la preocupación de los inversionistas extranjeros sobre la economía argentina y su capacidad para enfrentar los desafíos económicos actuales.
En resumen, el Gobierno argentino ha implementado una serie de medidas económicas en respuesta a los resultados de las PASO con el objetivo de estabilizar la economía, controlar la inflación y mantener bajo control la volatilidad del mercado cambiario. Estas medidas reflejan la compleja interacción entre la política y la economía en el contexto actual del país.