El inicio de junio trajo consigo un incremento en los precios de la nafta y el gasoil, debido al ajuste del Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos (ICL) establecido por el Gobierno.
El mes de junio arrancó con una notable subida en los precios de los combustibles en las estaciones de servicio de todo el país. Este ajuste se debe al aumento del Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos (ICL) determinado por el Gobierno, correspondiente al cuarto trimestre del calendario 2023 y al primer trimestre del calendario 2024. Este incremento afecta directamente a la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil.
Como resultado de este ajuste, los precios de los combustibles han experimentado una subida de aproximadamente el 2%. En las estaciones de servicio de YPF, la nafta súper ha superado la barrera de los mil pesos por litro, con el precio de la Súper situado en $1058, la Infinia en $1272, el Diesel en $1093 y el Diesel Infinia en $1293.
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Por su parte, en las estaciones de servicio Shell, los nuevos precios son: la Súper a $1080, la V-Power a $1299, el Diesel a $1123 y el V-Power Diesel a $1325.
Este aumento de precios implica que, en lo que va del año, los combustibles han subido un 62%. Sin embargo, si se consideran las subas acumuladas desde noviembre del año pasado, el incremento total alcanza un 262%, reflejando el impacto considerable que estos ajustes impositivos tienen sobre el costo de los combustibles y, por ende, sobre el bolsillo de los consumidores.
La situación plantea un desafío adicional para los ciudadanos y el sector de transporte, que ya enfrentan presiones económicas significativas. Este nuevo aumento del ICL, y su consecuente repercusión en los precios de la nafta y el gasoil, subraya la necesidad de evaluar alternativas que puedan mitigar el impacto financiero sobre los usuarios y fomentar la estabilidad económica en el sector.