El ingeniero agrónomo Nicolás Bronzovich ha sido designado como el nuevo presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en reemplazo de Juan Cruz Molina Hafford, quien presentó su renuncia tras diferencias con el Ministerio de Economía.
La decisión fue tomada por Sergio Iraeta, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, quien encomendó a Bronzovich la conducción de uno de los organismos más importantes para el desarrollo agropecuario de Argentina.
Bronzovich, nacido en Ushuaia y graduado en la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, ha sido un activo participante en el sector agropecuario.
Antes de asumir este nuevo cargo, se desempeñaba como Director Nacional de Agricultura y es reconocido por su compromiso con el sector rural, siendo miembro de diversas entidades como la Sociedad Rural y la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Balcarce
Su perfil técnico y su experiencia en asesoría agrícola en grupos CREA le han permitido consolidarse como una figura clave dentro del ámbito agroindustrial.
La llegada de Bronzovich se da en un contexto complejo para el INTA, que en los últimos meses ha enfrentado presiones para reducir su personal mediante retiros voluntarios.
El anterior presidente, Juan Cruz Molina Hafford, presentó su renuncia en una carta dirigida al ministro de Economía, Luis Caputo, y no al presidente de la Nación, Javier Milei, lo que generó un fuerte rumor de tensiones internas.
En sus declaraciones, Molina Hafford reconoció “diferencias” entre las directrices del Ministerio y su propuesta de gestión, en un contexto de ajuste financiero que afecta a varios organismos del Estado.
La presión de Caputo por implementar una política de reducción del personal del INTA habría sido uno de los factores determinantes de la salida de Molina Hafford.
A pesar de los esfuerzos por implementar un retiro voluntario para reducir la planta de 6.700 empleados, solo unos 250 trabajadores aceptaron la propuesta, obligando al gobierno a extender el plazo del programa.
Con Bronzovich al frente del INTA, el organismo se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar las demandas de eficiencia y ajuste con la necesidad de mantener su papel estratégico en la investigación y extensión tecnológica para el sector agropecuario del país.