Mons. Pedro Torres presidió la emotiva celebración del Jueves Santo en la Catedral: “La Eucaristía nos enseña a estar, a darnos al otro”

Jueves Santo en la Catedral, Mons. Pedro invita a “estar” al estilo de Jesús, un amor que se da y acompaña.

En la noche de ayer, la Catedral se vistió de solemnidad para la celebración del Jueves Santo, presidida por nuestro Obispo, Mons. Pedro. Durante la homilía, Mons. Pedro centró su mensaje en la profunda invitación a “estar” al estilo de Jesús, recordando la gracia pedida al inicio de la Semana Santa.

“Si el año pasado pedíamos la gracia de escuchar y escuchar amando, este año le pedimos a Dios la gracia de estar, de estar como María al pie de la cruz, de estar como María en Caná”, expresó Mons. Pedro al iniciar su reflexión.

Luego, profundizó en la pregunta que Jesús dirigió a sus apóstoles y a nosotros: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? ¿Comprendemos hasta dónde nos amó Jesús?”. Conmovido, el Obispo señaló: “A mí me parece que los discípulos ese día no comprendieron y por eso se escaparon de la cruz. Y me da la impresión muchas veces que nosotros todavía tampoco comprendemos. No terminamos de caer en la cuenta del misterio de este Dios con nosotros, que se hizo carne y que vive la encarnación hasta la cruz, asumiendo el dolor humano (…) La Pascua de Jesús no nos transforma la vida si no la terminamos de comprender con un sentimiento oceánico, es algo inmenso. Es un misterio que nunca podremos agotar ni vaciar. Asomarnos al corazón de Cristo que nos amó hasta el fin, es desbordante. Y tal vez por eso la liturgia nos dice: ya que no comprendemos pero amamos, esta noche adoramos.”

En este sentido, Mons. Pedro invitó a la comunidad a descubrir y reflexionar sobre el modo de estar de Jesús, un estar que implica acompañar: “Y si habíamos pedido la gracia de estar, la Eucaristía nos hace descubrir que estar no es algo estático, es darse. Es acompañar. Esta celebración, la Eucaristía, es una escuela de vida, que implica cercanía, que implica no apropiarse del otro sino darse todo al otro. Es no estar quieto sino dejarse llevar por el misterio del amor. El amor es dinámico, es asombrarse. El Señor nos puede enseñar a acompañar. Descubrir cómo nos acompaña a Él, que se quedó con nosotros y pedirle que nos enseñe a acompañar.”

La emotiva celebración del Jueves Santo en la Catedral dejó una profunda reflexión en los fieles, invitándolos a vivir la fe desde la entrega y el acompañamiento al prójimo, siguiendo el ejemplo de Jesús.