Máximo Thomsen, condenado a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, rompió el silencio y reveló detalles de su vida en la cárcel y un nuevo amor que nació entre rejas.
“Nunca imaginé que podía pasar”, confesó Thomsen sobre su noviazgo con una joven que conoció en prisión. “Me acerqué por mensaje y empecé algo que nunca imaginé que podía pasar. Se interesó por mí y tuve dos años de relación con ella. Me venía a ver acá”, relató.
La joven, que no fue identificada, se convirtió en un “pilar fundamental” en la vida de Thomsen, quien la extraña profundamente y anhela poder abrazarla cuando termine su “pesadilla”. Sin embargo, la distancia se impuso por la situación judicial del condenado.
En este contexto, Thomsen también aprovechó para cargar contra sus excompañeros del rugby. Tras abandonar la defensa unificada y contratar a un nuevo abogado, el joven de Zárate comenzó a detallar los hechos ocurridos la noche del crimen y a apuntar a Matías Benicelli, Ciro Pertossi y Enzo Comelli como los principales agresores de Fernando Báez Sosa.
“Me apuntaron a mí y me siguen cargando con cosas que no hice. Yo si tengo que pagar algo es por lo que hice, no por lo que no hice”, aseguró Thomsen, intentando desvincularse de la huella de su zapatilla en la cabeza de la víctima.
Según su relato, luego del homicidio fue a su casa a cambiarse la ropa porque tenía hambre y estaba “mareado”. “Me di cuenta después que tenía sangre en la zapatilla. En ese momento, [no tenía] ni idea”, afirmó. “Nunca vi los mensajes”, agregó, en referencia a los chats grupales de los rugbiers donde se planificaba la agresión.
Las nuevas declaraciones de Thomsen abren un nuevo capítulo en el caso, y podrían derivar en un revisionismo del juicio. Resta saber si estas acusaciones tendrán eco en la Justicia y cómo impactarán en la situación de los demás condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa.