Mafalda, la inolvidable niña que con su ternura y aguda visión del mundo conquistó a generaciones, cumple 60 años desde su primera aparición en 1964.
Este nuevo aniversario no solo recuerda la histórica creación de Quino (Joaquín Salvador Lavado Tejón), sino que también revive el impacto cultural y social que esta pequeña revolucionaria dejó no solo en Argentina, sino en el mundo entero.
Aunque Mafalda fue creada en 1962, fue el 29 de septiembre de 1964 cuando la tira cómica debutó en la revista Primera Plana.
Desde entonces, la niña de seis años que odiaba la sopa y reflexionaba sobre la paz mundial comenzó a ser un espejo de la realidad social y política de su tiempo, resonando en el pensamiento de lectores de todas las edades.
Con su mirada irónica y sus cuestionamientos profundos, Mafalda se convirtió en una voz crítica que retrataba las desigualdades, las injusticias y los miedos de una época, todo desde la inocencia de una niña.
El origen de Mafalda
La historia de Mafalda comenzó de manera inesperada. A principios de la década de 1960, Quino trabajaba para una agencia de publicidad, Agens Publicidad, y recibió el encargo de crear una campaña para Siam Di Tella, una empresa de electrodomésticos que buscaba promocionar su marca Mansfield.
Quino ideó una serie de ocho tiras cómicas que, de manera sutil, hacían referencia a los productos de la marca. Sin embargo, los medios rechazaron la publicación debido a su contenido publicitario.
No obstante, el destino de Mafalda cambió en 1964 cuando la revista Primera Plana aceptó publicar la tira, esta vez sin la publicidad.
Desde ese momento, Quino encontró el espacio para desarrollar a Mafalda como una crítica social disfrazada de humor, creando un personaje que se instaló rápidamente en los hogares argentinos.
La pandilla de Mafalda
A lo largo de los años, Mafalda no estuvo sola. La acompañaron personajes inolvidables como Susanita, la soñadora de una vida de ensueño y convencional; Felipe, el niño soñador y despistado; Manolito, el emprendedor y amante del dinero; Libertad, la niña pequeña con grandes ideas; y Guille, su travieso hermano menor.
También estaban sus padres, que a menudo representaban el contraste entre las generaciones, y con quienes Mafalda solía tener profundas conversaciones sobre la vida y el mundo.
Aunque la tira cómica solo se publicó durante nueve años, entre 1964 y 1973, su influencia sigue vigente. Siete Días Ilustrados fue la última revista que albergó a Mafalda, y el 25 de junio de 1973 marcó el final de su publicación.
A lo largo de esos años, Quino creó un mundo donde la inocencia de la infancia y la complejidad del mundo adulto chocaban constantemente, generando reflexiones que resonaban más allá del humor.
Un legado global
El impacto de Mafalda trascendió fronteras. Traducida a 26 idiomas, la tira cómica viajó por el mundo, permitiendo que lectores de diversas culturas se identificaran con los problemas y dilemas que enfrentaba esta niña curiosa.
Una de sus frases más recordadas, “Si no haces cosas estúpidas cuando eres joven, no tendrás de qué sonreír cuando seas viejo”, refleja la sabiduría simple pero poderosa que caracteriza a Mafalda y su pandilla.
El adiós a Quino
Lamentablemente, el 30 de septiembre de 2020, un día después del aniversario número 56 de la primera aparición de Mafalda, Quino falleció, dejando un vacío profundo en el mundo de la cultura y el humor gráfico.
Su creación, sin embargo, sigue más viva que nunca, demostrando que las reflexiones de una niña pueden seguir siendo relevantes, sin importar el paso del tiempo.
Hoy, Mafalda sigue siendo un símbolo de crítica, humor y reflexión, un legado que ha dejado una huella indeleble en la historia de la historieta y en los corazones de quienes alguna vez la leyeron y reflexionaron junto a ella.