La Pascua: el triunfo de la vida y la esperanza que ilumina el corazón cristiano

Domingo de Pascuas; un día de fe, alegría y la celebración de la vida que renace.

Hoy, Domingo de Pascuas, el mundo cristiano celebra con profunda alegría y fe la resurrección de Jesucristo, el evento central que marca el triunfo sobre la muerte y la apertura de las puertas del Cielo, según la tradición. En cada misa de este día sagrado, se revive ese milagro fundacional de la cristiandad.

Un símbolo poderoso de esta jornada es el encendido del Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado, una luz que guía y permanece encendida hasta el día de la Ascensión.

La Resurrección: Pilar de la Fe Cristiana

El Domingo de Pascuas conmemora la creencia esencial de que Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día de su crucifixión, tal como lo narran los evangelios del Nuevo Testamento. Esta festividad constituye el corazón de la religión cristiana, un tiempo de alegría, luz y renovada esperanza para millones de fieles católicos en todo el mundo. Se honra el sacrificio de Jesucristo como salvador de la humanidad y se recuerda su mensaje de unidad y amor para todos los hombres.

Tras la crucifixión en el Gólgota, José de Arimatea, un hombre justo, solicitó el cuerpo de Jesús a Poncio Pilato para darle sepultura. Lo embalsamó, lo envolvió en un manto y lo depositó en una cueva, sellándola con una gran piedra. En la madrugada del día siguiente, las mujeres seguidoras de Jesús se acercaron para ungir su cuerpo, pero un joven con vestiduras blancas les anunció laGood news: ¡Jesucristo había resucitado!

En su camino hacia Galilea, Jesús se apareció a varios de sus discípulos, incluyendo a María Magdalena, a quien reveló el lugar donde encontrarían a los apóstoles. Finalmente, Jesús se reunió con ellos, les otorgó el Espíritu Santo y el poder de perdonar los pecados, antes de ascender a los cielos.

Un Canto a Jesús, el Salvador

Compartimos los versos del Padre Santiago Rebordinos Fernández OMI, una sentida expresión de fe y devoción:

En la humildad y el silencio
Naciste humano en Belén,
Vestido de nuestra carne,
Te llamaron Emanuel.

Maestro por los caminos
Pronto te siguió la gente;
Escogiste tus amigos
Y curabas a los dolientes.

Al fin llegaste a la cruz,
Muerte cruel e ignominiosa.
¡Cuántos torrentes de luz
En tu resurrección gloriosa!

Nosotros, los peregrinos,
Por caminos de esperanza,
Con ansiedad te seguimos
Buscando tu amor y gracia.

Jesús, Maestro divino,
Amigo y salvador,
Quiero sentarme contigo,
En la mesa del amor.

La Dulce Tradición de los Huevos de Pascua

En muchos países, la celebración de la Resurrección se acompaña de una tradición entrañable: esconder dulces para que los niños los encuentren, con la figura del icónico “conejo de Pascua”. Por ello, es una costumbre alegre regalar huevos de chocolate llenos de dulces a niños y amigos.

Algunos incluso combinan esta tradición con el significado religioso, interpretando la búsqueda de los huevitos escondidos como la búsqueda personal de cada cristiano por el Cristo resucitado.

El origen de esta costumbre se remonta a los antiguos egipcios, quienes tenían la tradición de regalar huevos decorados artesanalmente. Los más bellamente pintados eran considerados regalos valiosos y se exhibían como adornos en los hogares.

Con la llegada del cristianismo, la tradición evolucionó. Durante la Cuaresma, los primeros cristianos practicaban sacrificios, incluyendo la abstinencia de comer huevos. Al llegar el Domingo de Pascua, salían de sus casas con canastas llenas de huevos para regalar a otros cristianos, celebrando con alegría la Resurrección de Jesús.

Hoy, en este Domingo de Pascuas, renovemos nuestra fe y esperanza, celebrando la vida que triunfa sobre la muerte y el amor que ilumina nuestro camino. ¡Felices Pascuas para todos!