La Oficina Anticorrupción (OA) dictaminó que el presidente Javier Milei no infringió la Ley de Ética Pública por la difusión de la memecoin Libra. Sin embargo, la causa que investiga su rol y el de su hermana, Karina Milei, continúa en la Justicia Federal.
La Oficina Anticorrupción (OA) emitió un dictamen sobre el caso $Libra que generó una ola de críticas, al sostener que el presidente Javier Milei “difundió” la criptomoneda como un ciudadano común y no en su carácter de mandatario. La insólita argumentación de la OA, que se basa en la descripción del perfil de Milei en redes sociales y su “estilo informal”, fue ampliamente repudiada por su falta de seriedad y por desconocer el rol institucional del Presidente.
El escándalo en torno a la criptomoneda $Libra sumó un nuevo y polémico capítulo este sábado. La Oficina Anticorrupción, en un dictamen reciente, concluyó que el presidente Javier Milei no infringió la Ley N° 25.188 de Ética en el Ejercicio de la Función Pública al promocionar el proyecto privado “Viva la Libertad Project” el pasado 14 de febrero de 2025 a través de su cuenta personal de X, @JMilei.
Sin embargo, los fundamentos de esta resolución han desatado un aluvión de cuestionamientos institucionales. El organismo dirigido por Alejandro Melik argumenta que la “cuenta personal” de Milei “fue creada mucho antes de que fuera electo presidente de la nación e incluso antes de iniciado su previo mandato como diputado”. Además, señala que en su perfil se presenta como “economista” y no como funcionario público, y que, si bien alude a políticas públicas, “lo hace en forma no institucional, resultando una plataforma de expresión política y personal”.
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Este planteo, que sugiere que un usuario se define exclusivamente por su descripción en redes sociales, ha sido calificado de insólito y ha generado repudios generalizados, ya que la cuenta del titular de Casa Rosada está verificada y no puede disociarse de su actividad oficial.
El dictamen de la OA insiste en que existen “notables diferencias, tanto en la forma como en el contenido, entre las publicaciones de las cuentas oficiales de la Presidencia de la Nación y la cuenta personal del Dr. Javier Milei”. En un párrafo que roza el ridículo, la OA incluso se refiere a Milei como “Dr.”, a pesar de que el presidente no posee ningún doctorado.
La resolución argumenta que las cuentas oficiales de la Presidencia publican información sobre actividades oficiales con un estilo formal y objetivo, mientras que la cuenta personal de Milei “publica información de diversa índole; no hay anuncios directos sobre sus decisiones de gestión o actos de gobierno, sino normalmente a través de reposteos de cuentas de terceros” y utiliza un “estilo de comunicación mayormente adjetivado, sin distinción entre las publicaciones previas y posteriores a asumir su mandato presidencial”.
El punto cúlmine del documento sostiene que estas características son “propias de cualquier ciudadano que expresa públicamente sus ideas políticas y, de esa forma, ejerce sus derechos civiles y políticos garantizados por la Constitución Nacional”. Esto, a pesar de que la publicación en cuestión fue una invitación clara a participar de una iniciativa particular, muy diferente a sus posteos anteriores de índole general.