domingo, junio 30

La Iglesia Católica excomulga a monjas clarisas de Belorado por cisma

La Iglesia Católica ha tomado una decisión drástica con las monjas clarisas de Belorado, expulsándolas de la vida consagrada tras consumar un acto de cisma al rechazar la autoridad del Sumo Pontífice. Este acontecimiento marca un punto de quiebre en la comunidad religiosa localizada en España.

La Iglesia Católica en España ha decretado la excomunión y expulsión de la vida consagrada de las monjas clarisas de Belorado, ubicadas en la Archidiócesis de Burgos, después de que estas anunciaron públicamente su separación de la Iglesia Católica para adherirse a un líder religioso excomulgado.

Según el canon 751 del Código de Derecho Canónico, el cisma se define como el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o a la comunión con los miembros de la Iglesia bajo su autoridad, y su pena es la excomunión.

El Arzobispado de Burgos, a través de su Arzobispo Mons. Mario Iceta, quien actúa como Comisario Pontificio y Representante Legal de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio, comunicó la decisión el 22 de junio mediante un decreto que declara la excomunión y la expulsión inmediata de la vida consagrada para las diez hermanas que han incurrido en cisma. Este acto es considerado por la Iglesia como una medida disciplinaria destinada a mover a la reflexión y a la conversión personal.

Las monjas clarisas, en un gesto que ha conmocionado a la comunidad religiosa, expresaron su decisión libre y personal de abandonar la Iglesia Católica. A pesar de la expulsión, continúa existiendo una comunidad monástica formada por las hermanas que no han seguido el cisma, destacando las cinco hermanas mayores y otras tres que, aunque temporalmente fuera del monasterio, siguen incardinadas en la comunidad.

El proceso culminó luego de que las monjas clarisas enfrentaron el plazo establecido por el Tribunal Eclesiástico de Burgos para responder por el delito de cisma. Este acto de separación ha llevado a la Iglesia a reiterar su posición sobre la excomunión como la pena más grave para un bautizado, apartándolo de la comunión de los fieles y del acceso a los sacramentos. El objetivo principal de esta medida es inducir al arrepentimiento y a la reconciliación con la doctrina católica.

Este incidente no solo ha impactado localmente, sino que también ha generado un debate sobre los límites de la disidencia dentro de la Iglesia y el papel de la excomunión como herramienta de disciplina y corrección doctrinal. La Iglesia, en su papel de madre misericordiosa, permanece abierta al retorno de aquellos que decidan reconciliarse y regresar a la comunión plena con la fe católica.

 

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