
En una emotiva celebración que marcó el inicio de la Semana Santa, el obispo diocesano Pedro Torres presidió la misa de Domingo de Ramos en la plaza 25 de Mayo de Rafaela, frente a una multitud de fieles que luego procesionaron hacia la Catedral.
Tres invitaciones para vivir la Semana Santa, en su homilía, el obispo Torres compartió tres llamados profundos inspirados en el Evangelio:
“Afrontar nuestra realidad”: Como Jesús en Jerusalén, no huir de nuestras cruces sino abrazarlas con fe.
“Caminar juntos”: “Nadie se salva solo”, destacó, invitando a vivir como familia a través del servicio, perdón y valoración del otro.
“Renovar la alabanza”: “Si no cantamos nosotros, lo harán las piedras”, recordó, exhortando a celebrar con alegría auténtica.
Una crítica al poder y un llamado a “estar amando”
Con mirada profética, Torres cuestionó las luchas de poder que “oscurecen los dones de Dios”, tanto en la sociedad como en las familias: “El poder es para servir, no para servirse”, afirmó, contrastando el ejemplo de Jesús con actitudes como las de Pilato, Herodes o Judas.
Invitó a reflexionar: “¿Cómo estamos?”, señalando que muchos están físicamente presentes pero con el corazón ausente o enojado “Estar sabiendo que Jesús sigue sufriendo en mis hermanos”, fue su mensaje central, llamando a escuchar y acompañar desde el amor.
El Jubileo de la Esperanza
En el marco de este año jubilar, el obispo enfatizó que “Jesús es nuestra esperanza” y pidió vivir la Semana Santa como un tiempo para:
Rezar con profundidad.
Aprender a “estar” realmente presentes.
Peregrinar hacia el Reino con sentido comunitario.
La ceremonia culminó con la lectura de la Pasión según San Lucas, invitando a los fieles a meditar durante la semana en el misterio del amor redentor de Cristo.