La inflación en Argentina registró un 3,5% en septiembre, lo que representa una desaceleración respecto al 4,2% de agosto. A pesar de esta reducción, la inflación acumulada en los últimos 12 meses alcanzó un 209%, manteniendo a Argentina como el país con la inflación más alta de América Latina.
En lo que va de 2024, los precios han aumentado un 101,6%, lo que refleja la persistente presión inflacionaria que afecta tanto a la economía como a la vida diaria de la población. La pérdida de poder adquisitivo y la incertidumbre económica son problemas centrales que han complicado las perspectivas de recuperación.
Entre las medidas que el gobierno ha implementado para intentar contener la inflación, destaca la reducción del impuesto PAIS, que afectaba las importaciones y los fletes. Este impuesto fue reducido del 17,5% al 7,5% a partir de septiembre con el objetivo de aliviar los costos de importación y, en consecuencia, reducir los precios al consumidor.
El impacto de esta medida ha sido mixto. En algunos sectores, especialmente en productos importados, la reducción del impuesto ha generado una baja en los precios, lo que ha contribuido parcialmente a la desaceleración inflacionaria en septiembre. Sin embargo, otros factores, como la alta demanda de divisas y la incertidumbre política, siguen ejerciendo presión sobre los precios, limitando el impacto de la medida.
Además, la baja del impuesto PAIS ha suscitado preocupaciones en el ámbito fiscal, ya que ha reducido los ingresos del Estado, lo que genera desafíos para el equilibrio del presupuesto y la estabilidad económica. Varios economistas han señalado la necesidad de encontrar nuevas fuentes de ingresos para compensar la pérdida fiscal generada por esta reducción del impuesto.