
Tras el deceso del Papa Francisco, el Vaticano formalizó el inicio del período de “sede vacante” con un tradicional sellado de sus aposentos. Te contamos el simbolismo de este acto.
El mundo se conmovió este lunes 21 de abril con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Poco después de confirmarse su deceso, obispos y el cardenal Kevin Farrell llevaron a cabo la ceremonia oficial para certificar la muerte del Sumo Pontífice.
¿Qué implica el sellado de la habitación papal?
La noticia del fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido a las 2:35 de la madrugada (hora argentina) / 7:35 (hora italiana) a causa de un derrame cerebral, marcó el inicio de un protocolo tradicional en el Vaticano: la certificación formal de su muerte.
En una ceremonia llevada a cabo en la Casa Santa Marta, el cardenal Kevin Farrell validó el acta de defunción y, junto a otros prelados, procedió al sellado de las residencias papales. Se espera que el martes se celebre la primera congregación de cardenales, donde se podría definir la fecha de los funerales.
Este sellado es un rito fundamental dentro de la tradición católica, que declara oficialmente la “sede vacante”, el lapso comprendido entre la muerte de un Papa y la elección de su sucesor. Históricamente, esta acción, realizada por el camarlengo – quien ejerce como jefe interino del Vaticano –, tenía como propósito prevenir el saqueo de la residencia papal. En la actualidad, este acto simboliza el cierre formal del pontificado de Francisco.
Como parte del protocolo, se coloca una cinta de color rojo en la puerta de la habitación papal, asegurándola con un nudo y sellándola con cera para confirmar la partida del Sumo Pontífice.
Un Papa argentino que hizo historia
El Papa Francisco dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica al convertirse en el primer Papa argentino, proveniente de América y del hemisferio sur. Desde el fallecimiento de Gregorio III, un Papa sirio en el año 741, la Iglesia no había tenido un líder no europeo.
Su elección también representó un hito significativo al ser el primer miembro de la Compañía de Jesús (jesuita) en ocupar el trono de San Pedro. Esta designación rompió con una tradición histórica, ya que los jesuitas habían sido vistos con cierta reserva por parte de la jerarquía romana.