En los últimos meses, la gripe aviar H5N1 ha vuelto a ocupar los titulares globales debido a su preocupante propagación en diferentes especies animales y el potencial riesgo de transmisión a humanos.
Este virus, conocido científicamente como un subtipo de la influenza A, ha sido detectado en aves silvestres, aves de corral y recientemente en mamíferos como caballos y ganado lechero, lo que incrementa la preocupación entre las autoridades sanitarias y la comunidad científica.
A continuación, exploramos qué tan peligrosa es esta enfermedad para los humanos y cuáles son las implicaciones de su evolución.
¿Qué es la gripe aviar H5N1 y por qué genera preocupación?
El H5N1 es un virus que afecta principalmente a las aves, pero su capacidad para infectar mamíferos, incluidos los humanos, lo convierte en un foco de atención.
Aunque los casos de infección humana son raros, este año ya se han registrado 66 contagios, la mayoría entre trabajadores agrícolas expuestos a animales infectados y personas que consumieron productos sin pasteurizar, como leche cruda.
La preocupación no solo radica en la tasa de mortalidad del 30% asociada a las infecciones humanas, sino también en la posibilidad de que el virus evolucione para transmitirse entre personas.
Hasta el momento, no hay evidencia de que el H5N1 pueda pasar fácilmente de humano a humano, lo que limita su potencial pandémico. Sin embargo, estudios recientes advierten que una sola mutación genética podría alterar esta dinámica, incrementando drásticamente el riesgo de una pandemia.
¿Qué medidas están tomando las autoridades?
Los expertos en salud pública trabajan para contener el brote en animales, ya que evitar la propagación inicial es clave para prevenir infecciones humanas. Entre las medidas implementadas se encuentran la vigilancia activa de las granjas avícolas, la eliminación de animales infectados y campañas para informar a la población sobre el riesgo de consumir productos de origen animal sin el debido tratamiento.
Además, organizaciones como la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) monitorean de cerca las mutaciones del virus para garantizar una respuesta oportuna en caso de que ocurra un cambio que favorezca la transmisión entre humanos.