Fuga turística: El “dólar barato” desangra las reservas y desafía la economía

La percepción de un tipo de cambio favorable impulsa a los argentinos a viajar al exterior, generando una significativa salida de divisas que pone en jaque los planes económicos del gobierno

La reciente flexibilización del cepo cambiario para individuos ha desatado una oleada de viajes al exterior por parte de argentinos con capacidad económica. La posibilidad de acceder a un tipo de cambio por debajo de los 1.200 es interpretada por muchos como una oportunidad unica para concretar viajes postergados o planificar nuevas aventuras en destinos como Miami, Brasil o Chile.

Sin embargo, esta “fuga turistica” esta teniendo un impacto directo y preocupante en las arcas del Banco Central de la Republica Argentina (BCRA) y complicando el equilibrio del programa economico implementado por la administracion actual. Los numeros son elocuentes. Durante el mes de marzo, la cuenta de servicios, que engloba los gastos asociados a viajes y turismo, arrojo un deficit cercano a los US 800 millones.

Se estima que los consumos con tarjetas en el exterior alcanzaron los US$ 570 millones en ese mismo período. El panorama podría haber sido aún más sombrío si seis de cada diez argentinos no hubieran optado por utilizar sus propios dólares depositados en el sistema bancario para afrontar estos gastos, buscando así evitar el impacto de los impuestos asociados a las operaciones cambiarias.

A pesar de que una porción de estos consumos se financió con dólares propios o mediante el dólar MEP, la constante salida de divisas genera una lógica preocupación en el gobierno. Esta tendencia ejerce una presión considerable sobre las reservas del BCRA, un factor clave para la estabilidad macroeconómica y la confianza de los mercados.

Este fenómeno se suma a un desequilibrio cambiario más amplio que ya venía manifestándose, con una salida de US$ 11.655 millones desde que se normalizó el pago de importaciones, un proceso que, paradójicamente, implicó una pérdida de competitividad cambiaria para el país.

El impacto en las reservas del BCRA es innegable. Durante el mes de marzo, estas disminuyeron en US$ 3.131 millones, cerrando el mes en US$ 24.986 millones, antes de recibir el alivio provisorio de los fondos provenientes del nuevo acuerdo sellado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los datos oficiales son contundentes: por décimo mes consecutivo, la cuenta corriente cambiaria cerró marzo con un déficit significativo de US$ 1.674 millones. Históricamente, los déficits de cuenta corriente han sido un punto débil para la economía argentina, socavando la sostenibilidad de diversos planes económicos. En este contexto, el actual rojo en la salida de divisas ya ha consumido casi la totalidad del superávit que el gobierno de Javier Milei había logrado acumular durante sus primeros seis meses de gestión, planteando un desafío considerable para la hoja de ruta económica y la ansiada estabilidad cambiaria.