El Vaticano respalda un informe que exige reformas financieras para aliviar deuda externa en el mundo

Ciudad del Vaticano – El Vaticano ha dado un paso audaz al respaldar un informe crucial que exige reformas profundas para abordar la crisis global de deuda, la cual afecta a miles de millones de personas en países en desarrollo.

El documento, titulado “El Informe Jubilar: un plan para afrontar las crisis de deuda y desarrollo y construir las bases financieras para una economía global sostenible centrada en las personas“, fue presentado este viernes en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.

El informe es una iniciativa clave del Año Jubilar 2025 y es obra de la Comisión del Jubileo, creada por el Papa Francisco en junio de 2024. Su objetivo es establecer un mecanismo internacional para la reestructuración de la deuda soberana basado en principios éticos, una propuesta que cuenta con el apoyo del Papa León XIV.

Una deuda global alarmante y propuestas radicales

Según datos de la ONU, la deuda pública mundial alcanzó los 97 billones de dólares en 2023, un aumento significativo con respecto al año anterior. El informe denuncia que más de 50 países en desarrollo destinan ya más del 10% de sus ingresos fiscales solo al pago de intereses, desviando recursos esenciales de sectores críticos como la salud, la educación y la resiliencia climática. “La crisis de deuda que asfixia el sistema financiero global también está alimentando una crisis de desarrollo”, advierte el documento.

Para contrarrestar esta situación, el informe propone una serie de medidas audaces:

  • Creación de un mecanismo internacional de bancarrota para países soberanos, similar a los existentes para empresas privadas.
  • Poner fin a los rescates con dinero público a inversores privados.
  • Facilitar créditos puente y apoyo financiero de corto plazo para países en crisis.

Un legado de misericordia: La condonación de deudas

Esta iniciativa se alinea con el espíritu del Año Jubilar, tradicionalmente asociado con la misericordia y el perdón de deudas. El Papa Francisco, en su bula papal Spes non confundit, ya había solicitado a los gobiernos que mostraran clemencia con medidas extraordinarias como la condonación de la deuda externa a los países pobres.

La condonación de deudas no es algo nuevo en la tradición católica. El informe recupera el espíritu del Jubileo del año 2000, cuando San Juan Pablo II impulsó un movimiento global por el alivio de la deuda de los países más empobrecidos. Esa campaña, “Jubilee 2000”, logró la cancelación de más de 100.000 millones de dólares de deuda.

“Las finanzas globales deben estar al servicio de las personas y del planeta —no castigar a los más pobres para proteger los beneficios”, concluye el informe.

Voces expertas claman por cambios

La presentación del informe contó con la participación de destacados expertos internacionales, incluyendo al Premio Nobel Joseph Stiglitz y al exministro de Economía de Argentina Martín Guzmán. Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia, hizo un llamado contundente a “frenar los abusos de los grandes acreedores privados”.

“Normalmente, hablamos de responsabilidad compartida entre acreedores y deudores, pero yo diría que hay una mayor responsabilidad en los acreedores. Estas son transacciones voluntarias. Nadie ha obligado a los acreedores a prestar dinero y se supone que ellos son los expertos en análisis de riesgos”, afirmó Stiglitz.

El economista fue especialmente crítico con fondos como BlackRock, a los que acusó de fomentar préstamos de alto riesgo que terminan en crisis. Propuso reforzar el papel de los bancos multilaterales de desarrollo, que pueden ofrecer préstamos a tasas más bajas, lo que “ayudaría a reducir los intereses y hacer la deuda sostenible”.

Alfonso Apiselo, representante de Cáritas Internationalis, enfatizó la necesidad de no perder de vista a las personas más afectadas por la deuda. “Estamos aquí para hablar de crecimiento sostenible, pero la verdadera pregunta es: ¿crecimiento sostenible para quién?”, planteó, instando a un cambio en la narrativa sobre la deuda para que se enmarque como una situación “donde todos ganan”.

Por su parte, el profesor Kevin Gallagher, de la Universidad de Boston, señaló la responsabilidad de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) por obligar a los países pobres a “abrir prematuramente sus cuentas de capital”, aunque también reconoció la responsabilidad interna de muchos países en desarrollo que “han pedido prestado demasiado e invertido muy poco”.

Gallagher concluyó que, si bien el alivio de la deuda es esencial, es fundamental implementar medidas viables que transformen el sistema financiero internacional. “Es una pena que estemos nuevamente en esta situación. No repitamos los mismos errores”, advirtió.