
Esta adquisición busca revitalizar la flota de submarinos tras la inactividad desde la tragedia del ARA San Juan en 2017.
El Gobierno argentino, bajo la gestión del ministro de Defensa Luis Petri, está en plena negociación con Francia para adquirir dos submarinos de combate Scorpene por un valor de US$1000 millones.
Desde el hundimiento del ARA San Juan, la Argentina se encuentra sin submarinos en operación, lo que ha debilitado la capacidad de defensa submarina del país.
Ante esta situación, el Gobierno ha decidido dar un paso adelante y negocia la compra de dos submarinos Scorpene, fabricados por la empresa Naval Group, de la cual el Estado francés posee el 60%.
El valor estimado de cada submarino es de US$500 millones.
Los submarinos Scorpene son modelos de combate avanzados, equipados con tecnología de punta. Pueden integrar baterías de litio y son propulsados por sistemas diésel-eléctricos, lo que les permite recargarse en superficie mediante generadores, una característica clave para operaciones prolongadas en alta mar.
Proceso de construcción y participación local
El Ejecutivo argentino busca acelerar el proceso de compra para iniciar la construcción de los submarinos, un proyecto que podría tardar hasta siete años en completarse.
Uno de los puntos clave en la negociación es la posible participación de la industria local en la fabricación. El Gobierno analiza la posibilidad de que parte de los submarinos se construyan en Argentina bajo la órbita de la empresa estatal Tandanor, lo que implicaría una transferencia de tecnología y la creación de empleos.
No obstante, algunos sectores del oficialismo argumentan que debería reactivarse el astillero Storni para llevar adelante este proyecto, aunque reconocen que sería más rápido fabricar los submarinos fuera del país.
Otras opciones en consideración
Si bien los Scorpene son la opción prioritaria, la Armada Argentina también ha considerado otras alternativas. Entre ellas, los submarinos alemanes Thyssen, del modelo 209, que están equipados con torpedos, misiles y minas, y cuentan con un avanzado sistema de detección de baja frecuencia.
Además, se evaluaron los submarinos clase Ula de la marina noruega, aunque se trata de modelos usados que están en estudio desde hace más de cinco años.
La posibilidad de adquirir submarinos usados fue analizada en detalle, pero las opciones disponibles no cumplieron con las expectativas del Gobierno argentino, que prefiere submarinos nuevos con tecnología de última generación para fortalecer la defensa nacional.
Contexto de modernización militar
La compra de submarinos se enmarca en un plan más amplio de modernización militar por parte del Gobierno. Recientemente, la Argentina concretó la compra de 24 aviones de combate F-16 a Dinamarca por US$300 millones y está a la espera de la llegada de una de las cuatro aeronaves P3 Orion Charly, negociadas con Noruega. Estas adquisiciones buscan modernizar las capacidades aéreas y marítimas del país.
Además, el Gobierno está trabajando en la instalación de una base militar en Ushuaia con el apoyo de los Estados Unidos. Las excavaciones para los cimientos ya comenzaron en abril de 2023, y se espera que esta base sea una pieza clave para la proyección de poder en el Atlántico Sur.