El auge de los canales de streaming en Argentina

De postrecitos y vecinas a gigantes mediáticos

Hasta hace poco, nombres como Gelatina, Blender, Olga y Luzu no significaban mucho más que un postre o el nombre de una vecina. Sin embargo, en un corto período, se han convertido en pesos pesados de la agenda mediática nacional.

Estos son los nuevos canales de streaming que se transmiten a través de Internet, ofreciendo una experiencia integral y única en la vida online. A diferencia de plataformas como Netflix, Apple TV o Disney+, estos canales no requieren una suscripción paga, pero siguen conquistando a la audiencia con sus contenidos frescos y dinámicos.

Revolución en la programación digital

Este año, el “libro de pases” de una señal digital a otra ha causado revuelo, destacándose las presentaciones estelares de la nueva programación. Nombres reconocidos como Migue Granados, Pedro Rosemblat, Nati Jota, Guille Aquino y Tomás Rebord están en boca de todos. Incluso figuras de la televisión tradicional, como Marcelo Tinelli, buscan su espacio en el aire digital.

Según un informe de Kantar IBOPE Media, al menos 9 de cada 10 argentinos accede a dos pantallas por día: la televisión y su celular. Además, casi el 80% accede a tres pantallas (sumando la computadora) y un tercio también utiliza tablets.

El consumo de videos en YouTube ha desplazado a la radio como el segundo medio más popular después de la TV, y más de la mitad de los usuarios ven contenidos en Instagram o Facebook. El streaming, tanto pago como gratuito, alcanza al 60% de los argentinos, quienes dedican un promedio de 5 horas y 43 minutos por semana a esta actividad.

Factores detrás del éxito del streaming

Agustín Espada, investigador del CONICET especializado en industrias culturales, señala que la explosión de los canales de streaming es el resultado de varios factores. La proliferación de pantallas y las mejoras tecnológicas han facilitado estas transmisiones. Además, Espada advierte que la producción televisiva tradicional se ha vuelto básica y precaria, descuidando a las audiencias más jóvenes y sus nuevos códigos culturales.

A pesar de las opiniones pesimistas de figuras como Mario Pergolini, quienes veían el streaming como una “radio con cámara”, Espada observa una profesionalización de la producción, un aumento de la audiencia y una creciente comprensión de los formatos. Este año, incluso hemos visto estos canales en algunas provincias, algo que no sucedía anteriormente.

Soledad Guarnaccia, productora general de Gelatina, afirma que piensan en su canal más como una creadora de contenidos digitales que como un medio de comunicación tradicional. Gelatina ganó notoriedad a fines de 2023 con su programa “Tres estrellas” y su jingle en plena campaña electoral, al que muchos atribuyen la remontada de Sergio Massa en la primera vuelta de las presidenciales.

Diego Abatecola, socio fundador y CEO de Blender, comparte una visión similar. Abatecola destaca que en Blender se consideran un medio más que un canal de streaming. Este enfoque incluye la producción de clips para TikTok, Instagram, YouTube y otras plataformas. La interacción con la comunidad es fundamental, diferenciándose así de los medios tradicionales que operaban de manera autosuficiente.

El futuro del streaming en Argentina

El público de los canales de streaming se comporta de manera muy distinta a los espectadores tradicionales. Un informe de The Data Trip muestra que, aunque Luzu.tv tiene una base de seguidores amplia, la interacción es baja.

En contraste, Blender tiene menos seguidores, pero una mayor tasa de interacción. Estos canales operan con múltiples producciones paralelas, cada una adaptada a diferentes plataformas y públicos.

A pesar de que el nuevo medio está en desarrollo, tanto Guarnaccia como Abatecola coinciden en que se instalarán firmemente en el ecosistema mediático, al igual que los podcasts. Espada anticipa un proceso de consolidación donde solo sobrevivirán los más comercialmente estables, pero sin duda, el streaming en vivo ha llegado para quedarse.

Este formato responde a las necesidades actuales de circulación y viralización de contenidos en redes sociales, consolidándose como un espacio de consumo firme y relevante desde la pandemia.