“Dame plata y cocaína”: Amenazas mafiosas con arma a una mujer con arresto domiciliario en Rafaela

Una mujer bajo arresto domiciliario en Rafaela fue víctima de una serie de inquietantes amenazas, incluyendo una exigencia de dinero y drogas a punta de arma. La situación, que podría vincularse con su pareja detenida en la Alcaidía, ha generado alerta sobre las presiones violentas que persisten desde fuera de los penales.

Días atrás, una mujer que cumple arresto domiciliario en la zona oeste de Rafaela fue blanco de graves hechos de intimidación. La situación fue alertada por su propia pareja, quien se encuentra alojado en la Alcaidía local y tomó conocimiento de lo sucedido a través de las comunicaciones con ella.

La primera de las amenazas se habría producido semanas atrás, cuando dos hombres se presentaron en su domicilio. Uno de ellos, portando un arma tipo revólver, le habría exigido textualmente: “Conseguime plata y cocaína o sino tu marido la va a pasar mal adentro”. Ante la intimidación, la mujer accedió a entregarles una suma de dinero que tenía en ese momento para evitar una escalada de violencia.

Lejos de terminar, los hechos continuaron. El pasado lunes, durante la madrugada, los agresores volvieron a acercarse a la vivienda. En esta ocasión, la víctima logró reconocer a uno de ellos. Este individuo, armado con un cuchillo, intentó forzar una ventana. Al ver que la mujer se comunicaba con la policía, le habría gritado: “Dejá de llamar a la policía”, para luego retirarse rápidamente. Sin embargo, la intimidación no cesó. Este viernes, nuevamente dos personas –cubiertas con cascos– se presentaron en el domicilio y lanzaron otra amenaza directa: “Decile a tu marido que deje de hablar, porque él está adentro y nosotros estamos afuera”.

Todo lo ocurrido ya fue puesto en conocimiento de la fiscalía, que se encuentra analizando los vínculos entre los distintos episodios, las amenazas y un posible intento de extorsión relacionado con el entorno del detenido. La gravedad de estos hechos enciende señales de alerta sobre cómo, incluso desde fuera de los penales, persisten presiones violentas sobre personas privadas de libertad y sus entornos más cercanos.