Se trata de Lucas Javier Almirón, de 31 años, quien también fue declarado reincidente. Minutos antes de la agresión, había amenazado a su expareja.
Los ilícitos fueron cometidos el viernes de la semana pasada. La investigación estuvo a cargo del fiscal Ignacio Lascurain.
Lucas Javier Almirón, de 31 años, fue condenado a dos años de prisión de cumplimiento efectivo por haber golpeado a otro hombre con un hierro en el barrio Santa Rosa de Lima de la ciudad de Santa Fe. La pena además se le impuso por haber amenazado a su expareja.
La sentencia fue dispuesta por el juez Octavio Silva, en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos que se desarrolló en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.
El fiscal que estuvo a cargo de la investigación es Ignacio Lascurain, quien informó que “a raíz de que tiene un antecedente penal condenatorio, Almirón fue declarado reincidente”.
Golpe en el rostro
El fiscal expuso que “en inmediaciones de Arenales y la avenida General López, el condenado llevó adelante distintas conductas delictivas el viernes pasado entre las 23:00 y las 23:30”. Al respecto, destacó que “lo más grave fue una agresión que tuvo lugar en la vía pública”, y precisó que “sin motivo, Almirón utilizó un trozo de hierro para golpear en el rostro a otro hombre, quien resultó herido en el tabique nasal y en la zona de la nuca”.
Por otro lado, Lascurain indicó que “bajo amenazas de golpear al hermano menor de una mujer que es su expareja, el condenado le exigió a ella que le entregara dinero”. En tal sentido, planteó que “ante la negativa de la víctima, le aseguró que la iba a matar”.
“A partir de un llamado a la Central de Emergencias 911, el hombre de 31 años fue aprehendido”, valoró el fiscal. Según detalló, “mientras era privado de su libertad, increpó a su expareja y a una hermana de ella y las amedrentó diciéndoles que iba a prender fuego la casa en la que viven”.
Delitos
Almirón fue condenado por la autoría de lesiones leves dolosas, coacciones y amenazas. Reconoció expresamente su responsabilidad penal y, junto con su abogado defensor, aceptó la atribución delictiva, la pena impuesta y la modalidad elegida para resolver el conflicto penal.
En cuanto a las víctimas, fueron notificadas sobre lo dispuesto y manifestaron su conformidad.
