Rafaela vivió con profunda fe la Pasión del Viernes Santo en la Catedral, presidida por Mons. Pedro Torres.
En la tarde de ayer, Viernes Santo, la Catedral San Rafael de Rafaela se convirtió en un espacio de profunda reflexión y fe al colmarse de fieles para conmemorar la Pasión del Señor. La solemne liturgia fue presidida por el obispo diocesano, Monseñor Pedro Torres, en un clima de absoluto recogimiento.
La celebración se inició en un elocuente silencio, sin canto inicial, marcando desde el primer momento el carácter austero y meditativo de esta jornada central de la Semana Santa. El ingreso del Obispo y los sacerdotes que lo acompañaban se realizó en un ambiente de profundo respeto.
Siguiendo el rito propio del Viernes Santo, Monseñor Torres se postró en oración ante el altar, gesto que fue imitado por los fieles, sumidos en una profunda meditación. La liturgia continuó con la conmovedora lectura de la Pasión según san Juan, que relató los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión.
Uno de los momentos más significativos de la celebración fue la adoración de la cruz, símbolo central de la fe cristiana, donde los fieles expresaron su veneración y gratitud por el sacrificio de Cristo. Finalmente, se distribuyó la comunión, reservada del Jueves Santo, ya que no se realiza la consagración en este día de luto y memoria.
La masiva concurrencia a la Catedral San Rafael evidenció la profunda fe de la comunidad rafaelina y su compromiso con la conmemoración de la Pasión del Señor, un momento de reflexión, silencio y renovación espiritual.