En las primeras horas de este sábado, un insólito incidente tuvo lugar en la Unidad Penal I de Coronda, cuando agentes penitenciarios descubrieron un intento de contrabando de teléfonos celulares camuflados en bolsas de pan.
Este hecho, que pone de manifiesto las crecientes estrategias para introducir tecnología a los penales, resalta una vez más los desafíos de seguridad en las cárceles santafesinas.
El hallazgo: celulares ocultos en un camión del IAPIP
El operativo comenzó cerca de las 7 de la mañana, cuando personal de la cárcel inspeccionó un camión del Instituto Autárquico de Industrias Penitenciarias (IAPIP), encargado de distribuir pan a los internos.
Durante la revisión de un compartimento en la parte trasera del vehículo, los agentes encontraron dos paquetes que contenían ocho teléfonos celulares escondidos entre las bolsas de pan.
El cargamento ilegal incluía siete dispositivos Samsung de distintos modelos, un Motorola, cinco cables USB y una batería LG. Este intento de introducir tecnología al penal evidencia la creatividad y persistencia de quienes buscan vulnerar los controles de seguridad.
Un contexto alarmante en las cárceles de Santa Fe
El incidente en Coronda ocurre apenas horas después de un viernes trágico en el penal de Las Flores, donde una requisa permitió incautar armas de fabricación casera y otros elementos prohibidos.
Más tarde, una pelea entre internos culminó con la muerte de un hombre por múltiples heridas de arma blanca, reflejando la violencia persistente en el sistema penitenciario.
Este tipo de episodios no solo pone en jaque la seguridad de las cárceles, sino que también plantea interrogantes sobre las medidas de control en los accesos.
La utilización de recursos insospechados, como las bolsas de pan en este caso, evidencia la sofisticación de los métodos empleados para evadir las revisiones.