La situación en el aeropuerto de Miami es caótica. American Airlines, una de las aerolíneas más grandes del mundo, está protagonizando una crisis de proporciones, dejando a cientos de pasajeros varados y sin respuestas adecuadas.
Los vuelos de la ruta Miami – Ezeiza programados para el fin de semana han sido cancelados y reprogramados en múltiples ocasiones, generando un descontento generalizado entre los afectados.
Los problemas comenzaron el viernes 2 de agosto, cuando varios vuelos hacia Buenos Aires fueron cancelados. A pesar de las reprogramaciones para el sábado y el domingo, la situación empeoró con la cancelación de estos nuevos vuelos, dejando a más de 1,000 pasajeros entre Miami y Nueva York en una situación desesperante. La aerolínea no ha ofrecido compensaciones como alojamiento o comida, lo que ha intensificado la frustración de los pasajeros.
Uno de los afectados es el abogado argentino Fernando Burlando, quien viajaba con su familia en el vuelo 970. Burlando relató que su avión despegó con una avería técnica, lo que llevó a un regreso forzado tras una hora de vuelo. A pesar de la promesa de reparación, el problema persistió en el vuelo del día siguiente, dejando a los pasajeros en un estado de pánico y maltrato.
La indignación no solo se limita a los vuelos cancelados, sino también a la falta de atención a las necesidades básicas de los viajeros. Muchos pasajeros han tenido que enfrentar la angustia de la pérdida de equipaje, y la espera para reclamarlo ha generado largas filas y descontento generalizado. La falta de respuestas y la actitud indiferente del personal de la aerolínea han sido objeto de críticas por parte de los usuarios.
Los pasajeros han recurrido a otras aerolíneas como Aerolíneas Argentinas, Copa o Avianca para intentar regresar a Buenos Aires, aunque enfrentan problemas adicionales con el equipaje. La situación ha llevado a algunos a considerar acciones legales, tanto en Estados Unidos como en Argentina, buscando compensaciones por los daños y perjuicios sufridos.
La experiencia vivida por estos pasajeros destaca la necesidad de una mejor gestión de crisis por parte de las aerolíneas y un trato más humano hacia quienes dependen de sus servicios para viajar. Mientras tanto, la espera y la incertidumbre continúan para aquellos atrapados en el aeropuerto de Miami.