El Gobierno de Brasil expresa preocupación por el aumento de casos y muertes por fiebre chikungunya, con más de 254,000 infecciones confirmadas en 2024. Minas Gerais es el estado más afectado
El Gobierno de Brasil ha manifestado su creciente preocupación por el avance de la fiebre chikungunya en el país. A pesar de una leve disminución en las últimas semanas, el número total de casos confirmados en 2024 supera los 254,000, con 161 muertes registradas y otras 155 bajo investigación.
Este aumento significativo ha llevado a las autoridades sanitarias a redoblar los esfuerzos para controlar la propagación de la enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Un panorama alarmante en Brasil
El subsecretario de Vigilancia Sanitaria, Rivaldo Venâncio, reconoció en una reciente reunión de la Comisión Interinstitucional Tripartita en Brasilia que la fiebre chikungunya se ha convertido en un tema de alta preocupación para las autoridades de salud pública.
Aunque destacó que ha habido una reducción en el número de casos en las últimas diez semanas, la situación sigue siendo crítica, especialmente en ciertas regiones del país.
Distribución geográfica y demográfica de los casos
Los datos oficiales revelan que el estado de Minas Gerais es el más afectado, con 159,844 casos confirmados, seguido por Mato Grosso con 19,018 y Bahía con 15,508.
En contraste, los estados de Roraima, Amazonas y Rondônia registran un número significativamente menor de infecciones, con 36, 102 y 224 casos respectivamente.
El análisis demográfico de los casos muestra que las mujeres representan el 60% de las infecciones, y los grupos étnicos más afectados son los morenos, con un 66.7% de los casos, seguidos de los blancos y negros. En cuanto a la distribución por edad, las personas de 20 a 59 años son las más vulnerables a la enfermedad, con una incidencia particularmente alta entre los 20 y 29 años.
Medidas de prevención y control
El virus chikungunya es transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo vector responsable de la transmisión del dengue, zika y la fiebre amarilla. Ante esta situación, el Gobierno brasileño ha intensificado las campañas de prevención, enfocándose en la eliminación de criaderos de mosquitos y la educación pública sobre medidas de protección personal.
Las autoridades sanitarias también están trabajando en estrecha colaboración con los estados más afectados para implementar estrategias de control más efectivas. Estas incluyen la fumigación en áreas de alta incidencia y la distribución de insumos médicos para el tratamiento de los casos sintomáticos.
Perspectivas futuras
A pesar de la ligera disminución en la incidencia de casos en las últimas semanas, las autoridades sanitarias continúan en alerta máxima, conscientes de que la situación puede cambiar rápidamente. La lucha contra la fiebre chikungunya en Brasil es un desafío continuo que requiere un enfoque multifacético, combinando esfuerzos de vigilancia, control vectorial y atención médica.