El histórico Club Juventud de Rafaela se encuentra en una situación límite: si no obtiene un terreno para mañana, quedará fuera de la Liga Rafaelina de Fútbol, poniendo en riesgo el futuro de cientos de jóvenes deportistas.
El Club Juventud de Rafaela atraviesa horas críticas. La acuciante falta de un espacio propio para entrenar y disputar sus partidos ha llevado a la institución a un punto de no retorno. En una reciente visita al Concejo Municipal, los máximos dirigentes del club, Santiago Barreto (presidente) y Fernando Carrascal (secretario), expusieron la dramática realidad: si no surge una solución inmediata para conseguir un predio, Juventud se verá obligado a desafiliarse de la Liga Rafaelina de Fútbol.
“Hoy en día, la falta de un lugar para competir es nuestra principal urgencia y lo que más nos limita. Hemos tenido que reducir la cantidad de chicos de 400 a tan solo 130 debido a la falta de espacio”, explicó con preocupación Barreto. Actualmente, los jóvenes futbolistas entrenan en las instalaciones del Centro de Educación Física y en el Parque Balneario, pero las dimensiones de estos espacios resultan insuficientes para cubrir la creciente demanda de la institución.
La crisis que enfrenta Juventud no es reciente. Desde hace tiempo, la comisión directiva ha realizado gestiones ante diversos sectores, incluyendo la Municipalidad, en busca de un terreno que les permita desarrollar sus actividades. Sin embargo, las respuestas han sido escasas o han llegado demasiado tarde. “Teníamos un lugar, el mismo que utilizaba Gendarmería para sus torneos. Solicitamos ayuda para instalar la iluminación y realizar el mantenimiento necesario, pero no recibimos el respaldo que esperábamos. Ya no sabemos a dónde recurrir”, lamentó Carrascal.
En un tono de desesperación pero con la claridad de la situación, Barreto sentenció: “Esto no es una amenaza, es la realidad. Sin un lugar, Juventud deja de competir”.
A la precariedad de la infraestructura se suma la inflexible normativa de la Liga Rafaelina, que exige requisitos mínimos para la participación en sus torneos: vestuarios adecuados, doble cerco perimetral y baños habilitados. Juventud se encuentra imposibilitado de cumplir con estas exigencias, y el plazo para alcanzar un acuerdo se agota inexorablemente. “Pedimos una prórroga la semana pasada para las divisiones inferiores. Para la Primera División conseguimos jugar en Quilmes, club al que agradecemos enormemente su apertura. Pero si no resolvemos la cuestión de las inferiores, mañana mismo nos veremos obligados a retirarnos de la competencia”, advirtieron con angustia.
Ante la consulta sobre la posibilidad de trasladar sus actividades a alguna localidad vecina, los dirigentes explicaron que esta opción resulta inviable. “Nuestros chicos vienen en bicicleta, muchos incluso caminando. La mayoría son de la zona sur de Rafaela. Obligarlos a irse a otro pueblo significaría condenarlos a abandonar el club”, argumentaron con tristeza.
La angustia no solo embarga a la dirigencia. Los jugadores, especialmente los integrantes del plantel de Primera División, viven esta incertidumbre con profunda preocupación. “Ellos eligieron Juventud, incluso a sabiendas de que las condiciones no son las ideales. Quieren seguir defendiendo estos colores. Sería muy doloroso tener que bajar los brazos”, expresaron los dirigentes.
Finalmente, la comisión directiva expresó su agradecimiento a la Liga Rafaelina y, en particular, a su presidente, Fabián Zbrun, por el constante acompañamiento brindado. Sin embargo, reconocen que los estatutos son claros y, sin una solución urgente, el futuro de Juventud en la Liga Rafaelina pende de un hilo.