La reciente detención de Nahuel Gallo, un joven gendarme argentino, por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, ha generado una serie de acciones diplomáticas por parte de la Cancillería argentina.
Gallo fue acusado de espionaje y terrorismo, lo que ha complicado su situación y ha llevado a la activación de mecanismos diplomáticos en busca de intermediarios que puedan dialogar con la administración bolivariana.
Acciones Diplomáticas y Legales
Desde la Casa Rosada, se ha aconsejado a la esposa de Gallo, María Alejandra Gómez, y a sus familiares, iniciar acciones legales a través de un abogado para abordar la situación del gendarme, quien viajó a Venezuela para visitar a su familia.
En paralelo, el canciller Gerardo Werthein ha iniciado la búsqueda de mediadores entre Colombia, Francia y Brasil, con el objetivo de replicar el modelo de protección que se aplica a los asilados en la embajada argentina en Caracas, bajo la tutela del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El canciller enfrenta limitaciones debido a la reciente reorganización de la Cancillería tras la salida de Diana Mondino, lo que ha dejado vacantes importantes en las negociaciones en Latinoamérica y en la vocería oficial. A pesar de estos desafíos, se están buscando intermediadores internacionales y diplomáticos para lograr la liberación de Gallo.
Situación Actual y Desafíos
El Ministerio de Seguridad, liderado por Patricia Bullrich, también está involucrado en las conversaciones. Bullrich ha designado al director de relaciones internacionales, Alberto Forigh, para liderar las gestiones.
Según Fernando Soto, director de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, Gallo se encuentra en el Helicoide, el centro de torturas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.
Soto ha calificado la situación como un “secuestro” y ha comparado el caso con las desapariciones forzadas durante la dictadura militar en Argentina. La falta de una respuesta oficial sobre el paradero de Gallo agrava la situación, generando preocupación tanto en el ámbito nacional como internacional.
Gallo, quien viajó a Venezuela para visitar a su hijo de dos años y a su esposa, se trasladó de Chile a Bogotá y luego a la frontera en un remis, lo que llamó la atención de las autoridades migratorias venezolanas. Fue detenido bajo la acusación de ser un espía enviado por el gobierno argentino, tras revisar su teléfono y encontrar mensajes críticos hacia el régimen de Maduro.