Asesinan a Andrés “Pillín” Bracamonte, líder histórico de la barra de Rosario Central, a la salida del Gigante de Arroyito

Este sábado por la noche, la ciudad de Rosario se estremeció con la noticia del asesinato de Andrés “Pillín” Bracamonte, el histórico líder de la barra brava de Rosario Central.

Bracamonte fue ultimado a balazos junto a otro barra identificado como Daniel “Rana” Atardo. Ambos fueron atacados en la camioneta en la que se encontraban cuando salían del estadio Gigante de Arroyito, luego del partido que el equipo canalla perdió ante San Lorenzo.

Los heridos fueron trasladados al Hospital Centenario, donde finalmente fallecieron debido a la gravedad de las heridas.

Un ataque premeditado tras múltiples atentados recientes

Bracamonte no era ajeno a los ataques en su contra, ya que en los últimos meses había sido víctima de varios atentados. Entre los incidentes recientes, el líder de la barra brava fue baleado en las inmediaciones del estadio tras el último clásico que Rosario Central le ganó a Newell’s, en el mismo barrio de Arroyito.

Sin embargo, a pesar de las amenazas, Bracamonte continuaba ejerciendo un papel de influencia dentro de la hinchada auriazul.

Este ataque se suma a la lista de violentos episodios que marcaron su vida en el ambiente del fútbol, donde su rol de líder de la barra de Rosario Central le había generado numerosos enemigos. Apenas horas antes de su asesinato, Bracamonte había sido protagonista de otro suceso judicial: el viernes se le había solicitado una condena a dos años de prisión por un caso de violencia de género contra su expareja.

Investigación y posibles hipótesis del doble crimen

El asesinato de Bracamonte y Atardo plantea un interrogante sobre las posibles causas detrás del ataque. Aunque la investigación está en una etapa inicial, una de las principales hipótesis es la existencia de una interna dentro de la barra brava de Rosario Central, lo cual podría haber motivado el atentado.

La Policía ha reforzado la seguridad en el Hospital Centenario, donde se encontraban los cuerpos de las víctimas, mientras se realiza un análisis exhaustivo de los hechos.

El historial de Bracamonte y los antecedentes de violencia en el entorno de las barras bravas de Rosario suponen un reto complejo para las autoridades, que deberán determinar si el móvil del crimen está relacionado con ajustes de cuentas entre facciones internas o si existe algún otro motivo detrás de la emboscada.

La muerte de Bracamonte deja un vacío y una gran incógnita sobre el futuro de la barra auriazul, un grupo que durante años estuvo marcado por conflictos y rivalidades internas.