El presidente Javier Milei, en su participación en el Latam Economic Forum, reafirmó su postura fiscal y anunció más despidos en el sector estatal.
Durante su discurso en el Latam Economic Forum, el presidente Javier Milei reiteró su intención de vetar la nueva fórmula jubilatoria y expresó su indiferencia hacia el respaldo legislativo de la iniciativa. En referencia al ajuste fiscal, Milei destacó la dificultad de implementarlo en un país con un historial de déficit fiscal y prometió continuar luchando por el equilibrio fiscal.
Milei criticó a los políticos por intentar romper el equilibrio fiscal y prometió vetar cualquier intento en ese sentido. Comparó su postura con la del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien gobernó con una política de veto constante. Milei anticipó que seguirá una estrategia similar.
El presidente también expresó su rechazo a las jubilaciones de privilegio para los expresidentes. Argumentó que, una vez terminado su mandato, tendría que trabajar y, por lo tanto, tiene un interés personal en implementar políticas efectivas.
Milei anunció que continuará con los despidos en el sector estatal, con el objetivo de dar de baja a 75 mil contratos. Destacó que su gobierno ha implementado una fuerte política de contención social para equilibrar el ajuste fiscal. A pesar de las críticas, Milei defendió su política y acusó a sus detractores de explotar a los pobres para obtener beneficios políticos.
Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en el 10 Latam Economic Forum, en Salón Golden Mercantil
Buenas tardes. Bueno, en primer lugar, muchas gracias a todos los que están presentes. ¡Profesor Arriazu! Ya listo, yo ya gané. Gracias, profesor. En primer lugar, quiero darles las gracias a cada uno de los que están aquí por contribuir con esta enorme labor que lleva a cabo la fundación y en el laburo enorme, gigante, que hace mi querido amigo Darío Epstein para llevar adelante esto.
Y gracias a todos, porque es para una obra de bien, caridad en el buen sentido, porque es voluntaria y no por la fuerza. Básicamente, lo que voy a tratar de explicar es la herencia que recibimos, lo qué hicimos, hacia dónde vamos y vamos a ir, a pesar de la política. Sí, y voy a dejar algunas ideas preliminares sobre la discusión de la convergencia, es decir, cómo Argentina puede convertirse en un país desarrollado.
Básicamente, nosotros hemos heredado un desastre y nosotros no nos quejamos de eso porque, que un liberal libertario llegue a ser el primer presidente de la historia de la humanidad no podía ser en condiciones normales. Así es que teníamos claro que, si llegábamos, iba a ser en una situación muy complicada. Al mismo tiempo, también teníamos claro, y eso lo habíamos sostenido sobre la campaña, que, si estallaba la crisis, eso era más fácil resolver porque el ajuste lo iba a imponer la propia realidad a la política. Y que el caso complicado era si no estallaba, pero que también estábamos preparados para resolver el caso en el que no estallara.
Efectivamente, fue lo que nos tocó hacer y, afortunadamente, empezamos a trabajar en resolver los problemas de la Argentina, desde el primer día. Y eso ha evitado el desastre. Concretamente, nosotros hemos recibido de herencia, para ponerlo en fácil, 17 puntos de déficit gemelos, en términos del PBI; más o menos para tener un orden de magnitudes: cuatro es una luz amarilla; ocho es rojo camino a la piña, imagínense 17.
De esos 17, 15 eran explicados por el déficit fiscal, y el déficit fiscal venía cinco del Tesoro y 10 del Banco Central. Pero, además – como si eso fuera poco – dentro de lo que era el déficit fiscal, esos 10 puntos del PBI teníamos la relación pasivos remunerados, en términos de base monetaria, más alta de la historia. Estábamos aún por encima de niveles a los que se habían percibido, en el año 89, previo a la hiperinflación de Alfonsín.
Pero con un agravante adicional, y es que, en un gesto de responsabilidad, cariño y patriotismo, el gobierno anterior los había pasado todo a un día. Y la verdadera apuesta de nuestros predecesores era que nosotros entráramos, abriéramos todo alegremente – desde el momento cero – y, en verdad entendieron que somos libertarios. Ahora, lo que ellos creían era que comíamos vidrio.
No, vidrio no comemos. Entonces, en ese sentido, la apuesta que ellos tenían era que eso gatillara una gran corrida, que se cuadruplicara la cantidad de dinero, en muy pocos días, que eso detonara una hiperinflación y – en el medio de toda esa mega crisis – ellos volver al poder, propiamente en enero, en un contexto donde además se iban a ocupar de generar saqueos, ataques a supermercados y todas las historias que ya conocemos.
Y esto en un contexto donde, además, nosotros partíamos de un desequilibrio monetario peor que el que teníamos en la previa al Rodrigazo y con indicadores sociales peores que los que teníamos, en el 2001. Es decir, un perfecto combo por el cual la casta nos hacía pagar todo el ajuste a nosotros y ellos después venir como salvadores y hacer la gran Kirchner: agarrar todo en el quinto subsuelo y mostrarlo como una obra maravillosa, que no fue más ni menos que un rebote y ayudado por un contexto internacional pocas veces visto.
Pero no era ese el único problema que teníamos, pues también teníamos otros problemas como la deuda de las CIRA, que eran 50.000 millones de dólares; teníamos el problema de los dividendos atrapados. Con lo cual, además, teníamos un problema que no era solo los problemas que teníamos en los flujos, teníamos unos problemas de stocks fenomenales. Y la forma en la cual ustedes resuelven los problemas de stocks, si no lo hacen correctamente y se les transforman en flujos, automáticamente ese salto le puede generar consecuencias muy complicadas, en la dinámica macroeconómica.
En especial si el dólar es un indicador adelantado de lo que puede pasar, en materia de precios, consecuentemente, ustedes ahí el problema en el que se van a meter es muchísimo más grande todavía.
¿Por qué? Porque un salto que podría ser de características transitorias les hace caer la demanda de dinero y eso se puede volver inestable y convertirse en permanente y en una crisis. El otro problema, que teníamos era que recibimos, una deuda interna, a punto de vencer, por el equivalente de 90.000 millones de dólares; teníamos deuda externa venciendo por 25.000 millones de dólares, pero si bien la mayoría era con multilaterales, teníamos el problema de que Argentina tenía caído el acuerdo, con el Fondo Monetario Internacional.
Era muy interesante porque, cuando hablaban y decían que nosotros teníamos un programa que no era consistente y un montón de cosas que decían, era interesante porque, en general, cuando ustedes tienen una característica así de que el programa está caído, por lo menos lo tienen que estar discutiendo como tres meses, y – en especial – si hay una nueva administración. Y lo interesante es que nosotros lo resolvimos, en un fin de semana.
Quiere decir que las cosas tan mal no las habíamos hecho. Al mismo tiempo, teníamos un problema de reservas internacionales; las reservas internacionales netas que nosotros heredamos estaban en torno a los 11.500 millones de dólares negativos, con una brecha del 200%. Además, si ustedes miran cómo venía la actividad económica, la actividad económica – durante la primera parte del año – venía en caída y después levantó, en función de cómo el gobierno anterior empezó a pichicatear la economía, dándole al gasto público y financiándolo con emisión monetaria. Para que se den una idea, a lo largo de todo el período del gobierno, se emitieron, para financiar el fisco, 28 puntos del PBI, pero de esos 28, 13 tomaron lugar en el año electoral. Es decir, estaban dejando una bomba enorme y era mejor que le estallara a otro y volver, pero no les dimos el gusto.
La contracara de esto era cómo venía el tema de la inflación. La primera semana, de diciembre, venía a un ritmo de 1% diario, que es algo así como 3700% anual. En la segunda semana se acelera y pasa a niveles del 7500% anual. Nosotros habíamos hecho los cómputos, en términos de los excedentes monetarios y demás, y calculábamos que, si no tomábamos medidas urgentes, la inflación podía llegar a niveles del 15000% anual. Esto, que parecía una exageración, es interesante ver que cuando ustedes miran, el mes de diciembre, la inflación mayorista, que suele adelantarse a la inflación minorista, fue del 54% mensual. 54% mensual significa 17.000% anual.
En realidad, eso podría haber sucedido si hubiéramos comenzado a convalidar monetariamente, cosa que – obviamente – no hicimos, y la inflación mayorista, del mes de abril, fue del 3,4%. Eso, anualizado, nos da casi un 50%. Sí, entiendo que el 50% es un espanto, pero veníamos de 17,000. Y para tener una idea de la magnitud de lo que se hizo, entonces a partir de eso, nosotros diseñamos un plan de estabilización, un programa de estabilización. Básicamente hay distintas formas de hacerlo. A veces me cuesta comprender si las cosas se hacen mal, de manera intencionada, o si se hacen mal, por brutos. Es decir, cuando se diseña un programa económico, lo que sea, no puedes exigir que quien lo llevará a cabo sea y piense como tú. Tienes que ponerte en los zapatos de quien lo está haciendo.
Entonces, y a mí me parecería ridículo – si estamos dentro de un programa de un liberal-libertario – empezar a pensar en términos de qué voy a hacer sectorialmente, qué voy a hacer con esto, cómo voy a controlar los precios, cómo voy a manejar la dinámica de los precios relativos. Soy liberal libertario, yo creo en la libertad, entonces, a veces es como que piden cosas que no están dentro del ADN, de lo que uno va a hacer, porque no es la única forma de hacer las cosas. En nuestra concepción, un programa económico tiene tres elementos centrales: qué es lo que puedo aportar yo desde la Macro, que es el ajuste fiscal. Sí, o sea una política fiscal, una política monetaria que básicamente consiste en sanear el balance, del Banco Central, y una política cambiaria de sincerar el desastre que teníamos, en el sector externo.
Después, eso de estar mirando, toqueteando, amaneciendo los precios relativos y que hay que hacer un acuerdo precio-salario no está en mi concepción. Eso de andar eligiendo ganadores no está en mi concepción y no se les ocurra pedírmelo porque no lo van a tener. Soy liberal-libertario. En ese contexto, había que atacar el déficit fiscal y lo primero que hicimos fue atacar claramente el déficit fiscal y lo atacamos desde dos lados. Obviamente, con un ajuste fiscal en el Tesoro y atacando la hoja de balance del Banco Central. De hecho, nosotros lo habíamos dicho, en la propia campaña. Hablábamos de motosierra y vaya que hubo motosierra. Ahora sucede que algunos, decían que no se podía ajustar más que 1 punto del PBI. Entonces, claro, cuando arrancó la fase del ajuste y terminaron siendo el equivalente a 7, entonces empezar a cuestionar la calidad del ajuste, Primer punto: de 123 años, tuvimos 113 de déficits. O sea que tan fácil hacer el ajuste no era fácil.
Segundo, punto: ¿Han visto lo que son los degenerados fiscales, en acción anoche? Así que miren lo que es esta pelea. Pero a diferencia de otros, con ajustes de medio punto del PBI y terminaron volando por los aires; nosotros hicimos el ajuste de 7 y estamos acá parados. Y vamos a seguir dando la pelea. Y cada vez que los degenerados fiscales, de la política, quieran ir a romper el equilibrio fiscal, se los digo yo ahora, lo dije antes, lo digo ahora, y lo voy a repetir hasta el cansancio: les voy a vetar todo, me importa tres carajos.
Entonces, cuando nosotros avanzábamos con este ajuste, los pifiadores seriales empezaron a cuestionar la calidad del ajuste. Y entonces decían: “¡Mucha licuadora y tijerita!”. Bueno, Ecuador y tijerita. El 90% del ajuste es motosierra y solamente el 10% del ajuste, sólo sí se mira en el Tesoro corresponde a la licuadora. Así, dentro de las cosas que hicimos, que también eran imposibles hasta que las hicimos nosotros, una de las cosas que hicimos fue que dijimos: “No sé si se acuerda, es mi frase más conocida, internacionalmente. Me gustaría que se recuerden otra, pero se recuerda esta, que es una que dice: afuera”. Y hoy están haciendo campaña – en todo el mundo – con el afuera. Bueno, el afuera significó llevar la cantidad de ministerios a la mitad y se redujo toda la estructura del Estado, a la mitad. Y eso no fue gratis porque – obviamente – echamos gente. En materia de contrato vamos a terminar echando 75,000 personas. Ya llevamos 25,000.
Entonces, no solo que se redujeron a la mitad la cantidad de ministerios; eliminamos las transferencias discrecionales a las provincias; eliminamos – de cuajo – la obra pública; eliminamos contratos. No solamente eso, sino que una de las cosas que nosotros sabíamos era que el programa iba a generar tensión social y que iba a generar, también, una caída de la actividad. Cuando ustedes hacen un ajuste lo que hace es aumentar el ahorro. Entonces, si ese aumento del ahorro no tiene contrapartida de la inversión, a usted le va a caer la actividad del empleo, los salarios reales. Entonces, mientras que nosotros hacíamos el ajuste y que habíamos anunciado que iba a haber una contracción de actividad, que es lo que pasó, durante el primer trimestre del año ¿Qué es lo que decimos si decidimos hacer una fuerte política de contención social?
Entonces, duplicamos la AUH; duplicamos la Tarjeta Alimentar; aumentamos la asistencia escolar; multiplicamos casi por cinco veces la asistencia para los útiles de los chicos, y además dimos financiamiento a la clase media, que va a colegios privados para qué, para que los chicos no perdieran de ir al colegio, porque, a la situación grave que vive la familia, si encima pierden el colegio y los chicos tienen que empezar a cambiar de colegio y tiene que cambiar compañeritos y todo eso genera un trauma muy grande. Por ello, también, atacamos eso, pero no solo hicimos eso y estamos viendo una enorme tarea, que hizo la ministra Pettovello, quien ha sido tan torpedeada, en estos últimos días. Es decir, a ver, acabamos de hacer un tremendo ajuste y solamente tenemos reclamo, del plano social, de los gerentes de la pobreza.
Es decir, nos hemos cansado de escuchar – en conferencias – que había que terminar con el curro de los intermediarios, que había que terminar con la corrupción en los programas sociales, que teníamos que salir del asistencialismo para que aquellos que tenían la desgracia de caer en esas situaciones desafortunadas pudieran salir adelante con dignidad.
Lo estamos haciendo ahora, ¿qué creían que era gratis? Es obvio que todos los chorros, que perdían los curros se iban a enojar, que es lo que están viendo y la están operando a ella y, por ende, al gobierno de todos lados. Miren la cosa maravillosa que hizo la ministra Pettovello, junto a la ministra Bullrich, a quien agradezco que esté presente aquí. Y en ese momento, el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro.
Una de las cosas, que descubre Pettovello, y que se da cuenta es que, si bien las personas que recibían los planes tienen tarjetas, entonces uno cree que el problema ahí se había terminado, entonces, pues total, recibían tarjetas, claro. Pero tenían que ir y verificar que estaban trabajando, y eso ¿quiénes lo hacían? Los gerentes de la pobreza, y ahí era donde pagaban el derecho de pernada. Es ir, ahí era donde perdían la mitad del plan y con eso además era con lo que extorsionaban a la gente para que vayan a las marchas, es decir, nosotros les poníamos plata para que la gente pudiera tener contención social; la agarraban los gerentes la pobreza y esclavizaban a la gente y la usaban para marchar en contra de los que laburan, dantesco.
Entonces, ahí, en ese momento, ¿qué es lo que descubre la ministra Pettovello? En ese momento, la criticaron muchísimo. Dice: “Dado que nosotros sabíamos que el primer trimestre iba a ser muy duro. Durante el primer trimestre, nosotros lo que decimos es que tienen que dejar de dar la constancia de trabajo. Claro, ¿por qué eso es importante? Porque con la misma plata le llegaba a la gente el doble de dinero. ¿Y quién creen que perdieron con eso? Los gerentes de la pobreza. Así, el primero en quejarse ¿quién fue? Belliboni. Entonces, Belliboni lo primero que hizo fue organizar una marcha y en esa marcha él decía que iban a ir 50,000, porque en realidad creía que iban a ir 100,000. Y ahí también tuvimos que superar una prueba enorme, que era que no nos ganaran en la calle. Y, con la ministra Bullrich, se preparó el Protocolo de Seguridad; desde el Ministerio de Capital Humano se dijo que el que corta no cobra.
Además, se dio un teléfono para que las personas no fueran extorsionadas, se puso una línea de denuncia. Llegó el jefe: “Hola jefe”. Entonces, en ese contexto, fue interesante porque terminaron yendo a la marcha 3000 personas. Explotó la línea de denuncias y hoy tenemos un montón de causas iniciadas contra estas personas, que extorsionaban a los más vulnerables. Y dentro de todas estas cosas, nos fuimos enterando que – además – tenían fondos fiduciarios; tenían un montón de cosas y donde hay involucrado varios estratos de la sociedad, varios. Y entonces eso también explica por qué hay tanto torpedeo.
Porque no sólo están los gerentes de la pobreza, hay empresaurios involucrados y hay otro tipo de personas que uno se las imaginaría más espirituales y no involucradas en este tipo de cosas, y están todos torpedeando porque se les terminó el curro. Entonces, por eso pasa lo que pasa, pero ¿no queríamos terminar con la corrupción? Nunca se hizo tanto, en seis meses, como lo que estamos haciendo nosotros y en muchísimos períodos de tiempo más largos. Es decir, no solo estamos poniendo en orden la economía, no solo estamos poniendo en orden los temas de seguridad, sino que además también estamos terminando con la corrupción y por eso la política está que arde.
Pero no quedó todo ahí, pues lo otro que tuvimos que hacer fue sanear el Banco Central, básicamente. Ahí, hubo que hacer un montón de cosas. Lo primero que había que hacer era sincerar el mercado de cambios. Yo me acuerdo que, en ese momento, nos decían que había que poner el tipo de cambio en 600. De vuelta, la opción liberar no estaba en los planes porque con los problemas de stocks que teníamos era el camino a una hiper. Pero más allá de eso preguntamos: “¿cómo arreglamos esto entonces?” El consenso de muchos economistas era: “No, ponganlo en 600”. Es más, esta decisión la tomamos en el lugar donde estuve viviendo, como tres meses, en el Hotel Libertador. Con el equipo de “Toto”, dado que íbamos a poner el Impuesto País, era que el tipo de cambio estuviera alineado. Nuestra idea era que el tipo de cambio estuviera alineado con el del mercado, ¿por qué? Porque de esa manera íbamos a bajar el exceso de demanda, en el Mercado de Divisas, y al achicar el exceso de demanda, en el Mercado de Divisas íbamos a achicar el exceso de oferta, en el mercado de bienes, en el mercado de trabajo y, por lo tanto, el ajuste iba a ser menos doloroso.
En ese contexto se hace una devaluación, un salto cambiario y, a partir de ahí, se fija una política de devaluaciones para que el tipo de cambio lleve a un determinado sendero. En ese contexto, también, nos predijeron todas las calamidades y catástrofes habidas y por haber, que no se cumplió ninguna. Y, es más, muchos de los que decían que el tipo de cambio tenía que estar en 600 y hacían un sendero de inflación mucho más alto que el observado están en la línea de lo que dicen que hay un problema cambiario que ahora, obviamente, es una discusión distinta por todo el ruido, que metió la política. Pero entonces, ¿y todos los que quieran ver la discusión esa pueden escucharlo al doctor Arriazu o pueden ver mis presentaciones? Y sí, pero más allá de eso, en el medio compramos 17,500 millones de dólares.
Y seguimos comprando dólares, todos los días. No solo eso, sino que también, empezamos un proceso de saneamiento del Banco Central. Nosotros heredamos un déficit cuasi fiscal, de 10 puntos del PBI; hoy ya representa 1 punto del PBI. Y eso se logró por dos cuestiones: una es porque lo que se buscó arbitrar fue la tasa en dólares y no la tasa en pesos. Entonces, en ese contexto, habiendo hecho un salto devaluatorio, si nosotros le seguíamos la corriente a lo que decían muchos economistas que había que poner la tasa de interés real positiva y ese argumento, hoy, tendríamos un problema, que tendríamos pasivos remunerados por 8 base monetaria. Entonces, estaríamos hablando del carry trade, de cuándo explota la híper y todo ese tipo de cosas. Entonces, al poner la tasa de interés, arbitrada con dólares, pero en términos de pesos reales negativa, eso es lo que fue permitiendo, fue ir licuando esa posición de los pasivos remunerados.
Y como además avanzaba el ajuste fiscal; de hecho, en enero ya tuvimos superávit financiero, es decir no primario, financiero. Y la política de déficit cero continúa, y los números de mayo ya se saben que vienen muy bien. Y cuando termine el primer semestre, y obvio que, en junio, por el tema de los pagos de aguinaldos y demás es deficitario.
Pero cuando toman los 6 meses juntos, va a haber superávit. O sea, porque todo lo que adjuntamos, hasta ahora, más que supera lo que vamos a tener de déficit, en junio, con lo cual vamos a tener – un primer semestre – con resultado primario y resultado financiero positivo, algo que decían que era imposible. Imposible nada.
Y mientras que íbamos consolidando la posición fiscal, el secretario de Finanzas, Pablo Kirno, ¿qué es lo que fue haciendo? Fue armando una curva de pesos y mientras construía la curva de pesos empezó a quitar deuda que estaba en el Banco Central, y la empezó a pasar al Tesoro. Entonces, hoy, la relación pasivos remunerados sobre base monetaria es 1,2 veces, casi un tercio del problema que heredamos. Esto no es menor porque los pasivos remunerados, esos eran emisión monetaria futura, con lo cual eran un problema futuro, en términos inflacionarios. Y esto no es un punto menor porque, hoy, tenemos una base monetaria de 15 billones y entonces significa que nosotros tenemos pasivos remunerados por 18 billones. Y ahora les voy a dar otra excelente noticia: de esos 18 billones, 12 billones están en mano del sector público, con lo cual solamente falta limpiar, nada más que 6 billones. O sea, estamos ahí, de terminar con el problema de los pasivos remunerados.
Y no solo eso, de esos 12 billones, que tiene el sector público; 7 están en el Banco Nación y las tenencias, del Ministerio de Economía, en el Banco Nación son 3.5 billones. Entonces, ustedes van a decir: ¿y lo que resta? Bueno, mire, una parte la tiene Banco Provincia, es cierto, eso no está cercano a nuestro control, de hecho, está en manos de un enemigo político que, además, se encarga de llenar de pauta a medios para ensuciarnos y para tapar las macanas que hacen. Pero ¿qué es lo interesante? Como tiene tantos problemas fiscales, tiene al banco totalmente saturado, con lo cual no tiene muchas posibilidades de hacer cosas porque necesita cumplir la posición de efectivo mínimo, con lo cual no puede hacer mucho. Por lo tanto, si ustedes se fijan, estamos terminando con el problema de los pasivos remunerados. No solo eso, sino que, además, una vez que terminamos con esto, vamos a ir por el problema de los puts, lo cual lo tenemos encaminado.
Los puts es un mamarracho, que hizo el Gobierno anterior, con el aval del Fondo Monetario Internacional para financiar el déficit de una manera encubierta y que no le violara las metas. Y los bancos, en lugar de financiarlos al Tesoro, prefirieron ponerlo dentro del Banco Central. Y estamos trabajando para resolver ese problema. Cuando resolvamos ese problema… chau cepo.
Por lo tanto, es cierto que la política mete la cola; que la política ensucia; que la política, claramente, gran parte de los políticos no quieren arreglar esto. Cuando ustedes lo que es la Ley Bases, más el DNU hay – básicamente – una cuestión de devolverle libertad a los ciudadanos, hay una cuestión de hacer los mercados más procompetencia, no proempresa, sino procompetencia, y hay un tercer elemento que es terminar con los curros. Yo creo que este tercer punto explica muy fuertemente esto, de hecho, dentro de las cosas y privilegios que queríamos terminar con la política, cosa que voy a avanzar igual, eh, pues no me importa nada. Ayer, los degenerados fiscales, una de las cosas que hicieron alardeando de ser casta, y que les gusta ser casta, y que se creen más que el resto de la gente, mientras que para aprobar una ley que favorece a todos los argentinos, salvo a los chorros, la tienen ahí detenida y estacionada, durante 6 meses.
Sí, son muy rápidos para subirse los sueldos, subirse 80% el sueldo bien a espaldas de la gente. Mientras que les cuento que – en el Ejecutivo – los sueldos son los mismos de cuando asumimos. Pero no solo eso, sino que, además, obviamente, están buscando romper el equilibrio fiscal. Miren, Bukele cuando asumió, ¿saben qué? No tenía ningún diputado, nada. No tenía ningún legislador, nada. ¿Saben cómo gobernó? A puro veto. Todas las cosas que hacían los degenerados fiscales, se las vetaba todas, que es lo que voy a hacer yo, les voy a vetar todo.
Pero, entonces, ayer, un diputado se puso a defender las jubilaciones de privilegio. Algo a lo cual, yo dije, que vamos a renunciar. Y, además, como es un derecho adquirido, no es que voy a estar tocando a los que están atrás, sino que, en realidad, toca solamente, desde mi persona hacia adelante. ¿Y por qué es importante esto? Miren, yo puedo llegar a estar 4 años o puedo estar 8 años, si todo sale muy bien, pero, ¿saben qué? Después, ¿qué hago una vez que termino con esto? Voy a tener que salir a laburar. Entonces, es interesante, porque como tengo que volver a salir a laburar, me tengo que ocupar activamente de hacer cosas, que están bien. Porque si no, el día después, me quedo sin laburo y me cago de hambre.
Porque, imagínense, qué conferencias voy a vender el día después, si fui un desastre como presidente. Por lo tanto, eliminar la jubilación de privilegios es un incentivo muy importante para hacer las cosas bien. Entonces, no es un tema menor. Pero claro, después de 100 años, de decadencia, se creen que hacer la cosa mal es normal. Y entonces que hagan cualquier cosa, total tienen un seguro. ¿Qué seguro? Se le terminó el seguro a la casta. Si hacen mal, después de hacer las cosas desastrosamente mal, que se caguen de hambre por ser una mierda.
Por otra parte, algunos dicen: «no, no tiene programa a largo plazo». Les hago una pregunta: ¿y qué creen que era la Ley Bases y el DNU? Miren, la reforma estructural más grande de la historia argentina la hizo Menem.
La Ley Bases – tal como está hoy – es cinco veces más grande que la reforma estructural de Menem. Si eso no es un plan, de largo plazo, ¿de qué me están hablando? Y, además, está el DNU. Cuando ustedes toman el DNU y la Ley Bases, son mil reformas estructurales. ¿Cuántas van a quedar? 800. Okay, pasemos 800. ¿Saben qué? Después de esto, voy por las 200, que quedaron pendientes de esto. Y, además, tengo 3000 más.
¿Y por qué es esto? Miren, cuando ustedes miran los índices de libertad económica, aquellos países que son más libres crecen más que el doble de los reprimidos. El PBI per cápita es 12 veces más grande. No solo eso, sino que además tienen 25 veces menos de pobres en el formato estándar, 50 veces menos en el formato extremo. Es más, la gente en el peor decil del país libre vive mejor que el 90% de la gente del país reprimido. Tiene varias veces más de ingreso que es más al mismo promedio. El negocio es la libertad. Y, por ejemplo, con la fase 1 de reformas estructurales implica un salto en libertad económica, de 90 puestos. Es decir, parecernos a países como Alemania, Francia, Italia. Pero nada, como verán, no es todas las reformas que estamos apuntando. De hecho, nosotros siempre hemos mencionado, como un caso testigo, de lo que podría ser, el caso de Irlanda, de ser el país más miserable, de Europa, hoy tiene un PBI per cápita 50% mayor que el de Estados Unidos, o países como Suiza, o países como Luxemburgo, el que ustedes quieran, son de los más libres. Y la realidad es que como tenemos 3000 reformas estructurales más pendientes, una vez que pase todo esto, no es que nos vamos a convertir en tan libres como esos países, sino que vamos a ser el país más libre del planeta. Por lo tanto, nuestro objetivo es convertirnos en el país más próspero del planeta Tierra.
Parece que, para la política argentina, es un negocio fabricar pobres y ahora vimos que a lo que se dedican es a explotarlos y hacer negocios. Hoy tuve una charla, con un amigo, mientras desayunaba y el tema era la causalidad. Es decir, mi hipótesis era que se genera la asistencia, por el motivo que fuera, porque abrazan ideas económicas equivocadas y, a partir de ahí toman una causa noble, que es dar esa asistencia, y después la convierten en un montón de quioscos. Entonces, claro, cuando ustedes empiezan a tocar los quioscos, a ustedes los acusan de ser inhumanos, insensibles y todas esas cosas, cuando en realidad lo que están haciendo es terminar con los quioscos. Entonces, uno le tendría que preguntar si están a favor de que esos delincuentes roben quitándole el pan de la boca a la gente.
Pero siempre mueven el arco y obviamente que la pauta juega un rol fundamental, la cual nosotros hemos cortado porque sí hay verdaderamente libertad, ¿cómo te vas a estar financiando con una fuente compulsiva de ingreso? Es una contradicción en sus términos. Bueno, parece que… cuando miran libertad y todas esas cosas, es siempre que no les toque el bolsillo; también llamado el órgano más sensible del ser humano. Y la hipótesis de mi amigo era un poquito más cruenta, que era, en realidad, vienen a hacer negocios e inventan todo ese tipo de cosas para hacer negocios. La verdad es que la política está tan sucia que no sé cuál de las hipótesis verdaderamente puede ser cierta, pero lo cierto es que está sucia y nosotros estamos barriendo con eso.
Y quiero dejar una última reflexión para – por lo menos – dejar buenas perspectivas de futuro, y es lo que tiene que ver con el crecimiento y la convergencia. Convergencia es el proceso bajo el cual un país, que está en desarrollo, se convierte en un país desarrollado. Claramente, nosotros tendríamos que estar buscando la forma de hacer eso, es decir, cómo generar un proceso de crecimiento sostenido para alcanzar uno de estos países a los cuales admiramos. Y ahí hay algunas cosas que a mí me parece que es importante tener en cuenta. Una es cuando uno mira la evidencia empírica de crecimiento. Ustedes van a cualquier libro de crecimiento o algún libro de macro avanzada y se van a encontrar con unos datos, que son de Angus Maddison, que en paz descanse, que va del año cero al año 2000 de la era cristiana y que se llama…, mira el PBI per cápita, y se llama: “El palo de hockey”. Cuando ustedes miran eso, básicamente lo que observan es que el PBI per cápita estuvo – durante 1800 años – prácticamente constante.
En realidad, solamente tuvo un salto del 40%, en el siglo XVI. Por lo cual, si ustedes tomaran la tasa de crecimiento del PBI per cápita en ese proceso era del 0,02%, es decir, se necesitaban aproximadamente 3500 años para duplicar el PBI per cápita. Sin embargo, después de la Revolución Industrial, los dos siglos siguientes fueron verdaderamente impresionantes y se generó una situación donde por poco… aproximadamente casi se multiplica por 10 el PBI per cápita, con una aceleración creciente. O sea, en el siglo XIX, la tasa de crecimiento del PBI per cápita fue 0,66%; la primera parte del siglo XX fue 1,2% y en la segunda parte fue 2,1%, y, es más, si ustedes corrigen por subestimación de cuentas nacionales, puede ser que haya sido todavía un punto más alto el crecimiento, en la segunda mitad del siglo XX. Es decir, lo que se ve es una aceleración del crecimiento.
Y si ustedes, además, contemplan la población, dada la población que había en torno, al año 1800, y la que había, a fines del siglo XX, para mantener el análisis de esa serie, más o menos la población se multiplicó por 8 ó por 7, si ustedes quieren, por ocho, pero… Entonces cuando ustedes miran eso, eso tiene una contracara en economía que se llama rendimientos crecientes. Y ahí hay todo un tema porque los rendimientos crecientes, la contracara de eso es, si lo quieren técnicamente se llama convexidades, si lo quieren en lenguaje más amigable se llama estructuras concentradas; el caso más polar es el de los monopolios. Y esto no es un tema menor, porque según la teoría económica convencional, los monopolios son malos y hay que regularlos.
Y eso es bastante conflictivo porque, ¿cómo puede ser que para la micro eso sea malo y, en el medio, la población extrema de 95% de la población vivía menos con un dólar diario y ese número, cuando en la serie que estamos mirando, había bajado a menos del 15%? Entonces, ¿cómo puede ser que algo que fue tan bueno para la humanidad, la microeconomía lo trata como algo malo? Eso tiene varios problemas. La microeconomía tiene problemas, no la serie. Lo que pasa es que lo razonable es que si ustedes, el modelo no mapea con la realidad, rompan el modelo y hagan otro. Los economistas, no sé, se nos metió algo raro en la cabeza, como no tengo los datos, no sé, pero tenemos esa locura de que cuando la realidad no mapea con el modelo, lo llamamos fallo de mercado.
Para aquellos que toman decisiones en serio, saben que eso es un problema grave. Entonces, en realidad, ese análisis está mal. Básicamente porque el único monopolio que es malo es el monopolio que está determinado, por la fuerza del Estado. De hecho, la definición original de monopolio es de Lord Cooke, que es la que tomó Adam Smith, y que señala que un monopolio es básicamente una situación en la cual el monarca, el señor feudal, el príncipe, el que ustedes se les ocurra, fijaba qué se podía comprar o no de un determinado producto. Entonces, a alguien le estaba dando un monopolio. Obviamente, eso era en contra de la gente y era a favor del empresaurio y del monarca. Pero si no hay un evento violento no es un problema. De hecho, supongamos que yo tengo una situación, donde tengo diez empresas vendiendo celulares, y aparece una y me vende un celular de menor precio y de mejor calidad. Obviamente que las 9 restantes van a quebrar. ¿Y qué me importa? Si yo ahora tengo un producto de mejor calidad a un mejor precio. No solo eso, es más, muchos se preocupan por eso. Hay un libro muy básico en economía que es muy lindo, que se llama “La economía en una lección”, de Henry Hazlitt, dice cuál es la diferencia
entre el buen economista y el mal economista. Es que el mal economista solamente mira un sector y no mira las consecuencias en otros sectores, y menos las consecuencias, a futuro. Es decir, que el buen economista no solo mira ese sector, sino que, además, mira los otros sectores y no solamente contempla el presente, sino que contempla las implicancias al futuro. Es decir, es la diferencia entre hacer equilibrio parcial, de un solo periodo, además, contra hacer equilibrio general, intertemporal. Entonces, cuando ustedes empiezan a sacar esas telas de araña que están en la cabeza de la gente, las cosas cambian sustancialmente. Por lo tanto, lo primero que hay que entender es que los monopolios no son malos. Es más, les diría que los monopolios pueden ser maravillosos si son como consecuencia de que quedó uno. Y si no les gusta que haya uno solo, no se enojen con el que está, enójense con los que no están, no con el que está. Porque el que está, está arreglándole problemas a la gente. Salvo que sea arreglado por el gobierno, que eso es otro problema, pero el problema de ahí no es que haya un solo empresario, sino que el problema es que está el Estado.
Y eso, ¿por qué es importante? Porque la contracara de los rendimientos crecientes es lo que genera crecimiento económico. Y cuando los gobiernos se ponen a regular los monopolios, una de las cosas que hacen es matar la cuasi renta. Cuando matan la cuasi renta, matan el incentivo a la innovación, y cuando matan el incentivo a la innovación, matan el crecimiento económico. Y la convergencia que, en la literatura del crecimiento, es un problema de índole matemática les diría, que tiene que ver con la forma de la función de producción. Y no tiene más explicación que ese problema. Con lo cual no hay una explicación de por qué converge, no. Usted tiene el modelo y entonces tiene que ver con las curvaturas de la curva, y así es como va a ser. Es todo pirotecnia matemática, estoy haciendo bastante elegante hoy. En otro momento diría otras cosas, pero voy a tratar de mantener las formas, no por la investidura, sino porque tengo un gigante acá. Entonces, voy a tratar de portarme mejor.
Entonces, digo, pero eso es pirotecnia matemática. Es interesante, por ejemplo, Musk verlo como una cuestión a la Hayek o combinada con Israel Kirschner, donde Hayek ve al mercado como un proceso de descubrimiento. Y eso…, Israel Kirschner mira al mercado como un proceso que mezcla el proceso de descubrimiento, pero con el principio de apropiación de Locke. Porque la verdad que, si ustedes van a descubrir algo, pero no se lo pueden apropiar, ¿para qué lo quieren descubrir? Entonces, esa combinación hace que ese proceso de descubrimiento genere crecimiento económico. O sea, ¿por qué? Porque empiezan a resolver problemas. Es más, miren, hay una cosa…, cuando tuvimos la primera reunión con Elon Musk y que mi hermana se lo leyó enseguida. Elon Musk ¿saben por qué es maravilloso y por qué le va bien y merece que le vaya bien? Me dijo: «yo me levanto todos los días pensando en qué problema le puedo arreglar a la gente». Es una genialidad, es una genialidad porque básicamente si le arregla problemas a la gente va a conseguir que sus productos se vendan. Consecuentemente, si lo hace bien, se llena de guita. Bravo, es decir, un héroe, un benefactor social, es decir, yo creo que a la política va a haber que estar 50 años explicándole la cabeza de ese hombre y hoy estoy (inaudible), estoy optimista.
O les resultaría más fácil entenderlo si se les aportara un billete, pero como nosotros no estamos dispuestos a jugar en esa liga, no ocurre. Pero al margen de eso, ¿qué es lo interesante de todo esto? Es que cuando uno está en un país en vías de desarrollo, hay un montón de oportunidades que ya se descubrieron, se descubrieron en otros lugares. Por lo tanto, uno lo que tendría que hacer ¿qué es?, copiarlo. Y si uno copia, va a crecer muy fuerte. Y con el avance de la información, esa copia es más rápida. Entonces, por ejemplo, miren, el primer país en duplicar el PBI per cápita fue el Reino Unido, en un proceso que duró 58 años, arrancando en 1780. Y eso implicó que crecía el PBI per cápita al 1,2%. El segundo en lograrlo, arrancando en 1839, que tardó 47 años, fue Estados Unidos. Eso implicó una tasa de crecimiento del 1,5% per cápita. El tercero en lograrlo fue Japón, en 34 años, arrancando en el año 1885, y eso implicó una tasa de crecimiento per cápita del 2,1%. Otro caso es el de Italia, que lo hizo en 21 años, arrancando en 1890, e implicó una tasa de crecimiento del 3,3%. España, en 1950, lo hizo en 18 años, con una tasa del 4%. Corea del Sur, desde 1978, tardó 9 años, una tasa de 7,8%. O China, que arrancó en 1987, y lo hizo en 7 años, con tasas de crecimiento del 10%. Es decir, fíjense que conforme avanzamos en el tiempo, los procesos de convergencia se dan más rápido porque el proceso de descubrimiento vale en la frontera, pero en la transición lo que hay que hacer es tener buenas instituciones para que copiemos y se crezca, y eso es ganando libertad económica. Y por qué a mí me interesa muy particularmente el caso de la inteligencia artificial, porque la inteligencia artificial es como la nueva Revolución Industrial. ¿Y qué fue la Revolución Industrial en la historia? Por eso hablé del palo de hockey, implicó un aumento dramático en la tasa de crecimiento. Entonces, ¿qué es lo que genera la inteligencia artificial? Genera una exacerbación de los rendimientos crecientes, esa exacerbación de los rendimientos crecientes implica aceleración en la tasa de crecimiento, y la forma de lograr esa aceleración del crecimiento es no matándolo con regulación económica. ¿Cuál es la zona que menos crece del planeta, a pesar de que tiene un polo de inteligencia artificial? Europa, porque está repleto de regulaciones. Cuando ustedes se ponen a pensar como macroeconomistas y quieren hacer que el monopolio se parezca a una empresa competitiva, le están reventando las cuasi-rentas, están reventando los beneficios extraordinarios, están reventando los incentivos a la innovación, están matando el crecimiento económico.
¿Cuál es el problema en el otro polo, que es Estados Unidos? Bueno, porque se está corriendo también y están temerosos y les tienen miedo a las cuestiones de la inteligencia artificial. Es decir, cada tanto, siempre reaparecen los luditas, es decir, los que le tienen odio a la máquina y, en realidad, el otro polo, ¿cuál es? China, pero no sabemos qué hace. Entonces, nosotros estamos ofreciendo que Argentina sea este cuarto polo de inteligencia artificial en el mundo. ¿Y por qué? Porque tenemos grandes extensiones de tierra, clima frío donde todo esto es muy importante, posibilidad de tener mucha energía barata, es muy importante, ¿para qué? para que los algoritmos inteligentes puedan aprender. Y eso genera mucho calor, entonces, por eso es tan importante tener una zona fría, extensa de tierra y energía barata. Pero, además, también tenemos qué, el capital humano.
Y si nosotros, entonces, generamos las instituciones correctas, ya sea el DNU, ya sea Bases. Es decir, la fase 1 de las reformas estructurales. O todo lo que queda pendiente para hacernos el país más libre del planeta Tierra, va a implicar que vamos a tener las condiciones para que, en un lapso, como mucho de 40 años, volvamos a ser la primera potencia mundial. Muchas gracias.