La cantante colombiana Shakira, en medio de un juicio por presunto fraude fiscal, ha sorprendido al solicitar a su ex Antonio de la Rúa que actúe como testigo en la audiencia, marcando un inesperado reencuentro entre ambos después de su distanciamiento en 2011.
En un giro sorprendente, Shakira ha recurrido a su pasado al llamar a su ex Antonio de la Rúa para que actúe como testigo en el juicio por presunto fraude fiscal que enfrenta la artista colombiana. Este inesperado pedido revela la necesidad de la intérprete de “Inevitable” de respaldo en una situación legal que enfrentará en los próximos días.
La relación entre Shakira y Antonio de la Rúa se distanció en 2011, cuando la cantante comenzó su romance con el futbolista Gerard Piqué. Ahora, en una situación que pone a prueba la vida de la artista, ha recurrido a su ex como uno de los testigos en el juicio que iniciará el lunes 20 de noviembre en el juzgado de Esplugues de Llobregat, cercano al Camp Nou, estadio que visitó frecuentemente durante su relación con Piqué.
Entre las 17 personas que declararán en el juicio se encuentran diversos trabajadores que prestaron servicios a Shakira en centros de estética, hoteles, restaurantes, bares y peluquerías de Barcelona.
También, figuran su chofer, dos ginecólogos, profesores de zumba, el CEO de Sony Music en América Latina, Afo Verde, y Amanda Ghost, presidenta de la compañía discográfica. Además, el hermano de la artista, su terapeuta, coreógrafa y, notablemente, Antonio de la Rúa, quien manejó su carrera e ingresos durante el tiempo que fueron pareja.
La fiscalía acusa a Shakira de un fraude fiscal de 14,5 millones de euros correspondientes a los años 2012, 2013 y 2014. Según la acusación, la cantante vivía en España desde 2011, pero mantuvo su residencia fiscal en las Bahamas, considerado un paraíso fiscal, hasta 2015.
Los abogados de Shakira argumentan que, hasta 2014, la mayor parte de sus ingresos provenían de giras internacionales, y que no permaneció más de seis meses al año en España hasta ese momento, lo cual sería el tiempo necesario para considerar el país como su residencia fiscal.