El barrio Acapulco, en la provincia de Santa Fe, ha sido escenario de dos trágicos episodios de violencia que han dejado a la comunidad sumida en la angustia.
En un lapso de menos de 24 horas, dos personas han perdido la vida como resultado de disparos, lo que ha incrementado el temor y la incertidumbre entre los vecinos.
El pasado domingo, un joven de 34 años falleció en el Hospital J.B. Iturraspe tras ser ingresado en estado crítico debido a una herida de arma de fuego en el abdomen.
A pesar de los esfuerzos médicos por salvarle la vida, el joven no resistió las heridas y su muerte se suma a los preocupantes episodios de violencia que sacuden la región. Hasta el momento, no se ha revelado su identidad.
Este nuevo asesinato ocurrió solo un día después de que Milagros Vázquez, de 25 años, también fuera víctima de un ataque con arma de fuego en el barrio.
Vázquez murió la noche del sábado al recibir al menos un disparo en el cuello, aparentemente realizado desde el exterior de su domicilio.
En ese momento, la joven se encontraba con sus tres hijos en su casa, ubicada en la intersección de las calles 2 y 5. La brutalidad del ataque ha dejado a la comunidad en estado de shock, y las autoridades trabajan para esclarecer los hechos.
Ambos homicidios están siendo investigados por la justicia de Rafaela, aunque aún no se ha brindado información oficial sobre los responsables o el motivo detrás de los crímenes.
La ola de violencia ha generado un estado de alerta en la comunidad y las autoridades judiciales están bajo presión para ofrecer respuestas y resolver estos casos lo antes posible.
Debido a la gravedad de la situación, el Hospital J.B. Iturraspe ha incrementado su seguridad policial para proteger tanto a los pacientes como al personal médico.
La medida responde a los recientes hechos de violencia que han generado preocupación no solo entre los vecinos, sino también entre los trabajadores del hospital.
La seguidilla de muertes en el barrio Acapulco ha impactado fuertemente en los residentes, quienes ahora viven con temor por su seguridad y la de sus familias.
A pesar de que las investigaciones están en curso, la falta de resultados concretos ha generado inquietud, y muchos esperan que las autoridades puedan identificar y detener a los responsables.
Los vecinos han expresado su temor ante la creciente violencia en la región y piden una mayor presencia policial para prevenir futuros incidentes. Además, demandan justicia por las víctimas y medidas que garanticen la paz en el barrio.