Recientemente, en las inmediaciones del Penal de Coronda, una situación inusual llamó la atención de las autoridades penitenciarias y de la población local: una paloma fue vista con un teléfono celular atado a una de sus patas.
Aunque este no es el primer incidente en el que animales son utilizados para fines ilícitos en contextos penitenciarios, el hecho ha generado preocupación sobre las tácticas ingeniosas que algunos intentan emplear para contrabandear objetos a las prisiones.
La situación fue capturada en una fotografía antes de que el ave lograra escapar, dejando a las autoridades a la espera de confirmación sobre el propósito del dispositivo y las posibles personas involucradas en este hecho.
No es la primera vez que se reporta el uso de animales para introducir objetos prohibidos en cárceles. Desde perros entrenados para transportar drogas hasta gatos utilizados para el contrabando de armas, el ingenio del crimen no tiene límites.
En este caso particular, la paloma fue vista cerca de la guardia de ingreso del Penal de Coronda con un teléfono celular atado a su pata.
La práctica de utilizar palomas mensajeras para transportar mensajes o pequeños objetos tiene siglos de historia, pero en la era moderna, estos usos han evolucionado de formas inesperadas.
Lo que llama la atención en este caso es que el objeto transportado no era un simple mensaje, sino un teléfono celular, un dispositivo clave en la comunicación dentro de las cárceles, que permite a los internos mantenerse en contacto con el exterior de manera clandestina.
El personal penitenciario observó al ave posarse sobre las tejas laterales de la entrada del penal, lo que les permitió tomar algunas fotografías antes de que la paloma volara nuevamente y se perdiera en las inmediaciones del predio. A pesar de que no lograron capturarla en el momento, las imágenes tomadas muestran con claridad que el ave llevaba un objeto atado a su pata, lo que hace suponer que se trataba de un teléfono celular.
La fotografía de la paloma ha sido clave para documentar el suceso y está siendo analizada por las autoridades, quienes siguen investigando el origen del objeto y su destino final.
Las autoridades penitenciarias del Penal de Coronda se encuentran en alerta máxima tras este incidente, ya que el uso de palomas u otros animales para contrabandear objetos prohibidos supone un desafío significativo en términos de seguridad. El hecho de que el ave lograra escapar y que el dispositivo no fuera recuperado inmediatamente complica el rastreo de los responsables.
Se espera que las autoridades puedan obtener más información sobre el paradero de la paloma dentro del predio penitenciario y, eventualmente, capturar al ave para confirmar el contenido del dispositivo que llevaba consigo.