San Modesto: En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Modesto, obispo (c. 480).
Un obispo cuya vida se entrelaza con los tiempos tumultuosos de la Galia Bélgica en el siglo V, emerge como un faro de fe y virtud en medio de desafíos y cambios. Aunque los registros históricos sobre él son escasos, su legado perdura como un testimonio de perseverancia y compasión.
En una época en la que Tréveris aún no había alcanzado la prominencia que posteriormente obtendría como capital del Imperio, San Modesto asumió el cargo de XIX obispo de esta ciudad. Su misión no fue sencilla: enfrentó la influencia de reyes paganos que aún no se habían convertido al cristianismo.
Los martirologios lo califican como “confesor”, un título que denota su lucha por preservar la fe en un entorno desafiante. Aunque no sufrió el martirio, San Modesto se dedicó a guiar a su comunidad con sabiduría y compasión. Veamos algunos aspectos destacados de su vida:
San Modesto lideró la Iglesia de Tréveris en tiempos del papa Gelasio. Su gobierno estuvo marcado por la santidad y la luminosidad de su sabiduría. No solo se preocupó por los pobres, sino que también instó a los ricos a ejercer la piedad y la generosidad.
Brindó consejo y apoyo a los necesitados, guiándolos hacia un camino virtuoso. Sus escritos inspiraron a todos, invitándolos a obrar bien y a seguir el ejemplo de su admirable virtud.
San Modesto falleció a fines del siglo V, siendo venerado como santo. Sus reliquias descansan en la iglesia de San Euquerio en Tréveris, donde un relicario atestigua su presencia hasta nuestros días.
En un mundo en constante cambio, San Modesto de Tréveris nos recuerda la importancia de la fe, la compasión y la perseverancia. Su vida es un faro que sigue iluminando nuestro camino espiritual.
fuente santopedia.com