Así fue dispuesto a partir de un requerimiento del fiscal Ignacio Lascurain, en una audiencia realizada en los tribunales de la capital provincial. Al imputado también se le atribuyó la desobediencia a un mandato judicial que le impedía acercarse a la víctima. Los hechos ilícitos fueron cometidos la semana pasada en el barrio Alberdi.
Quedó en prisión preventiva un hombre de 31 años, cuyas iniciales son CMG, que es investigado por haber amenazado a una mujer que es su expareja en la ciudad de Santa Fe. Así lo dispuso la jueza de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Susana Luna, en una audiencia que se desarrolló en los tribunales de la capital provincial.
El fiscal Ignacio Lascurain está a cargo de la investigación y es quien solicitó la cautelar. “Al fundamentar su decisión, la jueza dio por acreditada la atribución delictiva que realizamos, analizó las particularidades del caso y sostuvo que los peligros procesales estaban latentes”, indicó el funcionario del MPA.
A su vez, Lascurain destacó que “la preventiva era necesaria para resguardar a la víctima, quien sufría violencia de género por parte del imputado y está en una situación de especial vulnerabilidad”.
“Alrededor de las 23:00 del martes de la semana pasada, el hombre investigado fue hasta la casa en la que vive la víctima, ubicada en el barrio Alberdi, y la amedrentó para que ella le permitiera ingresar”, relató el fiscal. “Le dijo que si no le abría la puerta, él iba a entrar por la fuerza”, afirmó.
“La mujer sintió el lógico temor por su integridad física y se comunicó con la Central de Emergencias 911, por lo que llegaron agentes policiales que sorprendieron al imputado en las inmediaciones de la vivienda y lo aprehendieron”, señaló Lascurain.
Asimismo, el representante del MPA detalló que “con su accionar delictivo, el investigado incumplió una restricción de acercamiento que se le había impuesto en el marco de otro legajo penal”. Explicitó que “tenía prohibido estar a menos de 300 metros de la víctima, su domicilio y los lugares que ella frecuenta y no podía contactarla por ningún medio”.
Al hombre de iniciales CMG se le atribuyó la autoría de amenazas coactivas y desobediencia a un mandato judicial.