En una reciente intervención, un inspector de tránsito en San Vicente se encontró con una sorpresa inesperada mientras patrullaba las afueras de la ciudad. Al pasar por una construcción en la calle Jujuy, divisó una motocicleta en estado de abandono. Siguiendo el protocolo, ingresó el dominio en el sistema utilizado por los inspectores y logró identificar a la dueña de la moto.
El inspector se presentó en el lugar de trabajo de la señora propietaria de la motocicleta. Le proporcionó detalles específicos sobre el vehículo y, para su sorpresa, la señora confirmó que la moto había sido robada de la casa de su hijo en la ciudad de Rafaela. Aunque nunca había presentado una denuncia formal, tenía en su poder los documentos que demostraban que la moto era legítimamente suya.
Junto con el inspector de tránsito, se dirigieron al lugar donde se encontraba la motocicleta. Allí, verificaron el número de cuadro y el motor, que coincidieron con los datos del título que la mujer había proporcionado. Sin perder tiempo, los uniformados trasladaron la moto a la dependencia policial y notificaron al fiscal de turno, quien impartió las directivas necesarias para seguir adelante con la investigación.