Rodolfo Barra presentó su renuncia como Procurador del Tesoro de la Nación: tensiones internas y una salida anticipada

El 25 de enero de 2025, Rodolfo Barra presentó formalmente su renuncia como Procurador del Tesoro de la Nación, un hecho que marca otro episodio turbulento en el gobierno de Javier Milei.

La decisión fue oficializada a través de una carta dirigida al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, donde Barra manifestó su gratitud por la oportunidad de formar parte de la gestión y dejó sus “votos por el éxito del Gobierno”.

La salida de Barra no estuvo exenta de polémica. Días antes, trascendió un dictamen suyo que avalaba un incentivo solicitado por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), lo que generó malestar en sectores de la Casa Rosada.

A esto se sumó el cuestionamiento a su residencia habitual en España, una situación que había provocado fricciones desde su nombramiento, dado que su presencia en el país era intermitente. Según fuentes cercanas al Ejecutivo, estos factores habrían precipitado la solicitud de su renuncia.

Desde el entorno presidencial ya se barajan nombres para ocupar su lugar, siendo Ricardo Rojas uno de los principales candidatos. Rojas, un exjuez y autor del libro La inflación como delito, es una figura cercana a Milei, con ideas alineadas al programa de gobierno libertario que busca consolidar el mandatario.

El perfil de Barra, no obstante, ha sido siempre motivo de controversia. Exministro menemista y juez de la Corte Suprema, su carrera ha estado marcada por decisiones cuestionadas y vínculos con sectores nacionalistas.

Durante su paso por la gestión de Carlos Menem, fue protagonista de medidas como la llamada “Ley Mordaza”, que generaron críticas desde organismos de derechos humanos. Su llegada a la Procuración, en el inicio de la gestión de Milei, levantó voces de rechazo que apuntaban a su ideología y su pasado político.

El trasfondo de esta renuncia parece ser una combinación de factores políticos e ideológicos, sumados a la necesidad del oficialismo de afianzar un equipo más homogéneo en su visión y en su operatividad. Mientras tanto, el gobierno sigue enfrentando desafíos internos y externos en medio de un contexto político y económico volátil.