En la vigésima cuarta gala de eliminación de Gran Hermano, el veredicto del público fue claro: Florencia Regidor debía abandonar la competencia. Con la gran final en el horizonte, la tensión en la casa es palpable, y las estrategias para sobrevivir se vuelven cada vez más astutas. Algunos jugadores han optado por una táctica controversial: intentar eliminar a aquellos que no estuvieron desde el comienzo del reality.
Esta semana, la dinámica de alianzas tomó un giro inesperado. Los Bro, en un gesto de respeto hacia Nicolás, decidieron no colaborar con Furia para influir en la eliminación de Emmanuel o Darío. Esta decisión no fue bien recibida por todos, y en respuesta, Furia y Emma unieron fuerzas en una campaña dirigida a asegurar que Florencia fuera la más votada para salir.
La noche estuvo llena de sorpresas, culminando con la eliminación de Florencia, quien recibió el 41,3% de los votos, en una competencia reñida con Juliana “Furia” Scaglione, que obtuvo el 39,2%. La partida de Florencia dejó una marca indeleble en la casa, especialmente en Virginia, quien no pudo contener las lágrimas ante la decisión del público.
Con el juego acercándose a su fin, las emociones están a flor de piel. Los espectadores se mantienen al borde de sus asientos, preguntándose qué sorpresas traerán las próximas galas y quién será el próximo en decir adiós. Una cosa es segura: en Gran Hermano, la expectativa nunca decepciona.